Ciudad Real, ubicada en el corazón de Castilla-La Mancha, es una ciudad con una rica historia y un patrimonio cultural destacado. Con aproximadamente 75.000 habitantes, la ciudad es un importante centro agrícola y comercial, famosa por sus vinos y productos tradicionales. Además, cuenta con atractivos naturales como el Parque de Gasset y la cercana laguna de Peñarroya.
Perfecta carta de presentación para una ciudad que en un futuro no demasiado lejano dará un paso más evolucionado para convertirse en una capital de provincia donde prime lo sostenible, lo verde y la conexión entre espacios y ciudadanos.
Algo que será real gracias a un proyecto pionero que conectará el espacio urbano de Ciudad Real con el entorno natural de sus alrededores.
Ciudad Real cambiará a una imagen más sostenible, verde y conectada
El proyecto Crater (Ciudad Real Activa: Territorio, Ecosistemas y Resiliencia), iniciativa pionera impulsada por el Ayuntamiento de Ciudad Real y la Fundación Biodiversidad, apuesta por la creación de una red urbana y periurbana de ejes verdes para transformar la capital en una ciudad verde y conectada con su entorno natural.
El proyecto, que se desarrolla en colaboración con la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y la Universidad de Castilla-La Mancha, y está financiado con fondos Next Generation de la Unión Europea, tiene como objetivo mitigar el efecto isla de calor que afecta especialmente a la capital, que ha visto aumentar su temperatura media en 3,6 grados en los últimos 50 años, han informado los responsables del proyecto este jueves en nota de prensa.
El concejal de Servicios a la Ciudad del Consistorio, Gregorio Oraá, ha explicado durante la presentación de este proyecto que, por ejemplo, el antiguo aparcamiento del Parque de Gasset, de 4.600 metros cuadrados, transformará en una zona verde multifuncional, con 250 nuevos árboles, vegetación autóctona, recogida sostenible de aguas pluviales y una reorganización de 125 plazas de aparcamiento, incluyendo puntos para vehículos eléctricos y accesibilidad universal.
La Universidad de Castilla-La Mancha también se suma al proyecto, que persigue conectar a la ciudadanía con los principales enclaves naturales, geológicos y culturales del entorno, con intervenciones orientadas a la renaturalización del campus. El director académico de Sostenibilidad e Infraestructuras, José María Coronado, ha explicado que el objetivo es reducir la impermeabilización, fomentar la vegetación adaptada y recuperar trazados históricos como el camino de Moledores.
Además, la UCLM trabaja en una cubierta verde experimental que servirá como referencia para futuras soluciones basadas en la naturaleza. Por su parte, la jefa del área de Ciudades de la Fundación Biodiversidad, Nuria Preciado, ha señalado que son conscientes de que estos proyectos “suponen un esfuerzo para las ciudades, porque implican un cambio de paradigma del verde urbano”.
«El objetivo es que los espacios verdes brinden el máximo de servicios ecosistémicos con el mínimo de recursos a lo largo del tiempo, especialmente ante un cambio climático que traerá más calor y lluvias más intensas«, ha explicado.
La representante de la fundación también ha destacado la necesidad de repensar el diseño urbano, ya que a su entender es «fundamental recoger cada gota de agua de lluvia para infiltrarla en el suelo y que las plantas puedan aprovecharla». También ha subrayado la importancia de promover el uso de especies vegetales autóctonas y adaptadas al clima futuro, así como el diseño de espacios que generen biodiversidad urbana, como refugios para fauna, hábitats para insectos y aves, y ecosistemas urbanos autorregulados.
De este modo, ha explicado que el proyecto ‘Crater’ no solo busca reverdecer la ciudad, sino también fomentar la movilidad activa, crear microclimas urbanos y contribuir a una mayor equidad ambiental, todo ello, a través de corredores ecológicos y zonas renaturalizadas. EFE / ECOticias.com