Como un apoyo para el diagnóstico y detección de enfermedades neurodegenerativas como el Mal de Parkinson, neuropatías motoras, esclerosis múltiple, lesiones mesencefálicas y hasta alcoholismo crónico y males psiquiátricos, científicos mexicanos desarrollan un guante biomecánico, que permitirá, asimismo, establecer con mayor eficacia la medicación a los pacientes.
Se trata de un sistema inteligente que funciona mediante microsensores electromecánicos (MEMS, por sus siglas en inglés), instalados en un guante que a su vez envía la información eléctrica a una plataforma computacional para validar la información, captada en la mano del paciente. Los impulsos eléctricos son medidos en Hertz, y de acuerdo con la intensidad e intermitencia de éstos, se determina el tipo de padecimiento.
En palabras del doctor Rogelio Bustamante Bello, profesor-investigador de Ingeniería Mecatrónica de la Escuela de Diseño, Ingeniería y Arquitectura del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, este sistema se encuentra en fase de pruebas clínicas experimentales, pero una vez perfeccionado será susceptible de ser licenciado para su comercialización.
Lo más importante -y constituye una de las principales aportaciones- es que doctores de diferentes especialidades, incluyendo médicos generales, podrán apoyar su diagnóstico relativo a este tipo de enfermedades neurodegenerativas, con el uso de este sistema, debido a su fácil y efectiva aplicación; además, también será extrapolable al área de investigación.
El profesor Bustamante, quien encabeza los estudios, indicó que desde el 2006 comenzó a trabajar con microinterruptores en arreglos de antenas direccionales (telecomunicaciones); posteriormente, con la participación de alumnos de Biomedicina, estudiaron el uso de los MEMS en diferentes sistemas biomecánicos de ayuda a pacientes discapacitados o enfermos.
Añadió que dentro de este último grupo de pacientes, existe una diversa gama de padecimientos que inducen contracciones musculares rítmicas, involuntarias y recurrentes, como temblores, los cuales en la actualidad son clínicamente clasificados y valorados principalmente a través de la observación directa de un especialista, quien basa el diagnóstico en su experiencia y preparación académica.
Con la ayuda del guante, dijo el investigador, los profesionales de la salud podrán generar, de una manera objetiva, un diagnostico de esos padecimientos, ya que entre otros beneficios, el sistema computacional les dará acceso a una breve descripción de la enfermedad, así como a una serie de gráficas que muestran el contenido de los datos generados por los temblores.
Los microsensores son capaces de recopilar información sobre los movimientos involuntarios de una persona para llevar a cabo la medición, sin alterar el comportamiento de un temblor presentado por el cuerpo o miembro bajo estudio, es decir, será hecho de manera totalmente objetiva y, por lo tanto, eficaz, y sin tener que subordinarse únicamente a la opinión de un especialista para dar un dictamen médico.
Actualmente, el equipo investigador se encuentra elaborando pruebas para perfeccionar el funcionamiento del guante con el fin de que logre detectar movimientos mínimos, imperceptibles para el ojo humano, con el objetivo de que los médicos puedan ofrecer un diagnóstico temprano al paciente.
El doctor Bustamante detalló que el sistema completo consta de un guante provisto de sensores, un sistema de adquisición de información, una computadora con cámara web (para registrar las incidencias en video), así como el programa operativo para realizar la valoración de la información. Según el investigador, una vez comercializado el guante biomecánico podría tener un costo aproximado de entre 50 y 100 mil pesos.
Aclaró que la invención desarrollada en el Tec de Monterrey no provee una función preventiva, más bien apoya el diagnóstico de las enfermedades en su etapa media de avance y muy avanzada. Estimó que -si obtienen el financiamiento necesario- aproximadamente en tres años podría estar a la venta.
Dijo que la investigación, en la que han participado alumnos de Biomedicina, Mecatrónica, Electrónica y Comunicaciones, contó con una inversión de más de 250 mil pesos, sobre todo para la adquisición de equipos y dispositivos, sin contar las horas-hombre acumuladas durante los años de estudio.
En este sentido, apuntó el doctor Rogelio Bustamante, es importante reconocer el esfuerzo y el entusiasmo de los estudiantes que han participado en este proyecto, provenientes de las diferentes especialidades académicas, quienes han llevado a cabo una labor de apoyo fundamental en la investigación.