Lora-Tamayo ha señalado, durante la presentación de los resultados de los proyectos, que esta iniciativa «y sus resultados, son un claro ejemplo del éxito de las iniciativas de colaboración público-privada»
El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo, y el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, han destacado la «necesidad» de la colaboración público-privada para el desarrollo de la I+D en España. Por ello, el organismo y la institución colaboran, desde hace dos años, en el Proyecto Cero sobre Especies Amenazadas.
Lora-Tamayo ha señalado, durante la presentación de los resultados de los proyectos, que esta iniciativa «y sus resultados, son un claro ejemplo del éxito de las iniciativas de colaboración público-privada». A su juicio, «con investigación básica aplicada al medio ambiente y con el apoyo de la empresa se pueden realizar investigaciones punteras que protejan cinco especies en peligro de extinción y, además, concienciar a la sociedad sobre la importancia del respeto a la naturaleza».
En la misma línea se ha expresado Botín, para quien este proyecto demuestra que «la colaboración entre universidades y centros de investigación, empresas y administraciones es posible, y que cuando se produce resulta extraordinariamente fructífera».
El presidente del Banco Santander ha indicado también que los trabajos de Proyecto Cero son «representantes de los valores y capacidades de los científicos españoles que, con recursos limitados debido a las medidas de ajuste del país mantienen indicadores muy positivos de actividad científica e investigadores y contribuyen a mantener la posición internacional de España en producción científica».
«Sin ciencia, ni nuevo conocimiento y sin inversión creciente en investigación y desarrollo, no hay posibilidad de afrontar con éxito los desafíos que tiene planteados el país a medio plazo», ha indicado Botín.
Por su parte, los cinco investigadores responsables de Proyecto Cero sobre especies amenazadas, han señalado que el patrocinio de una empresa «sirve para sacar adelante el programa, que es lo que el científico quiere» pero, han indicado que «aún queda muchísimo por hacer». «Este Programa Cero patrocina a cinco proyectos pero hay decenas y centenas de especies que siguen en peligro», han apuntado, para añadir que para sacar adelante la I+D uno «debe aliarse hasta con el enemigo».
En cuanto a las opiniones sobre si es lícito o no que la empresa privada patrocine este tipo de iniciativas de ayuda a la biodiversidad, el coordinador institucional del CSIC en Andalucía, Miguel Ferrer, ha apuntado que «lo que no sería lícito sería pagar con dinero público daños que están causando los intereses de las empresas privadas» como, por ejemplo, «la muerte de aves como consecuencia de los tendidos eléctricos».
LOS PROYECTOS
El Proyecto Cero, en el que participa el CSIC, a través de su fundación, y el Banco Santander, a través de la División Global Santander Universidades, está compuesto por cinco iniciativas con cinco de las especies más amenazadas del país.
En le caso de la lapa ‘Patella ferruginea’, la investigadora que ha dirigido el proyecto, Annie Machordom, ha indicado que se ha conseguido el objetivo central: reproducir en cautividad y mediante fecundación artificial varios ejemplares.
Otro de los proyectos tiene como meta la secuenciación del genoma del lince ibérico, un objetivo que, según ha explicado el científico del CSIC, José Antonio Godoy, está en proceso. Actualmente se ha logrado completar la secuenciación de los RNAs, los intermediarios que los genes producen cuando se expresan, en 11 tejidos distintos.
La investigación que dirige el científico Pablo Vargas, se basa en el origen y la conservación de fósiles vivientes de plantas con flor endémica en España. Hasta el momento, el proyecto ha evaluado positivamente como fósiles vivientes al menos cuatro de los géneros estudiados, lo que los reafirma como un legado evolutivo único, según ha señalado el CSIC.
Por su parte, la iniciativa que se basa en la conservación de especies amenazadas, como aves esteparias, en paisajes humanizados, ha desarrollado en los últimos dos años, metodologías que describen las prácticas agronómicas dominantes de manera más acorde a la percepción que las especies de aves amenazadas tienen de los paisajes en los que conviven con seres humanos, según ha explicado el científico principal, Lluís Brotons.
Finalmente, el investigador Jaime Bosch, ha explicado que su proyecto consiste en la mitigación de enfermedades de anfibios en declive, una iniciativa cuyos trabajos están «en pleno desarrollo». Además de las estrategias de mitigación, los científicos están estudiando los distintos componentes proteicos de la piel de los anfibios que les ayudan a mantener a raya patógenos indeseables.
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