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jueves, marzo 23, 2023

Incesante búsqueda de lo pequeño

“La nanotecnología será la revolución tecnológica del siglo XXI”, sostiene José María Pitarke, director general del centro de investigación CIC nanoGUNE. “Puede pensarse que la única diferencia de lo nano está en el tamaño

El centro de investigación español CIC nanoGUNE fundamenta su actividad en el estudio del comportamiento de partículas y dispositivos a nanoescala. De su investigación, surgen múltiples aplicaciones destinadas a la medicina, óptica e informática.

 

“La nanotecnología será la revolución tecnológica del siglo XXI”, sostiene José María Pitarke, director general del centro de investigación CIC nanoGUNE. “Puede pensarse que la única diferencia de lo nano está en el tamaño, pero realmente dista mucho de la tecnología convencional”, señala.

 

El verdadero interés de este centro es investigar las nuevas propiedades que aparecen en la nanoescala. “Las revolucionarias aplicaciones que se esperan de la nanotecnología vendrán de la mano de un mayor conocimiento sobre el comportamiento de las partículas”, opina Pitarke. Por esta creencia, el CIC nanoGUNE trabaja decididamente en varios frentes de investigación que pueden dar lugar a múltiples aplicaciones.

 

“Sin embargo, el objetivo básico de su actividad no se fundamenta en las aplicaciones sino en la propia generación del conocimiento”, reconoce Enrique Zárate, responsable de comunicación del centro.

 

Una de las líneas de estudio del centro es el nanomagnetismo. Se focaliza en la fabricación y el estudio de las propiedades de las nanoestructuras magnéticas que parten en dos direcciones diferentes: las nanocapas magnéticas y las nanopartículas magnéticas. Las primeras son capas de anchura nanométrica, similares a las que se utilizan en los discos duros de los ordenadores. Por tanto, sus posibles aplicaciones serían las relacionadas con el almacenamiento de datos. Con las nanocapas magnéticas, los discos duros para los ordenadores tendrán mayor capacidad y fiabilidad, y su uso podría ofrecer una alternativa a la tecnología que se usa en los pendrives, que se van degradando tras los sucesivos procesos de escritura y borrado.

 

Con las nanopartículas magnéticas, el CIC nanoGUNE podría ofrecer alternativas para el guiado de fármacos en el interior del organismo. Enrique Zárate lo explica: “cuando tomamos una pastilla o nos ponemos una inyección esparcimos el fármaco por todo el torrente sanguíneo para que inunde todo el organismo y llegue así al origen de la enfermedad. El problema es que llega también a muchos otros lugares donde no es necesario y donde puede dar lugar a efectos secundarios”.

 

El guiado de fármacos consiste en hacer que el medicamento vaya ligado a una nanoestructura que permita llevarlo hasta el origen de la enfermedad y concentrar allí su efecto, minimizando los efectos secundarios y maximizando la eficacia del tratamiento. El reto sería tratar la quimioterapia para el tratamiento del cáncer. “Al ser tan agresiva, puede generar graves daños en otros órganos”, argumenta Zárate. El centro trabaja en diferentes alternativas para el guiado de fármacos a fin de reducir en un futuro estos efectos negativos del medicamento. Se puede recurrir a las nanopartículas magnéticas, que responden a campos magnéticos aplicados desde el exterior del cuerpo, o a las nanoestructuras que se adhieren de forma selectiva a las células enfermas.

En nanoóptica, el CIC se debate en dos campos. En el primero, desarrolla un nuevo tipo de microscopio óptico para poder visualizar las nanoestructuras. La microscopía óptica tradicional no puede resolver este problema en estructuras inferiores a 200 nm (nanometros), por lo que el grupo investiga en una nueva técnica conocida como microscopía óptica de campo cercano que permite además de visualizar nanoestructuras, obtener información adicional acerca de su composición química y propiedades eléctricas.

 

El segundo punto de interés es el estudio de nanoestructuras fotónicas (que interaccionan con la luz). Un ejemplo son las llamadas nanoantenas. Estas podrían ser utilizadas para la generación de energía solar como alternativa a las células fotovoltáicas tradicionales, o como sensores en aplicaciones biomédicas. En este sentido, el CIC nanoGUNE participa en el proyecto europeo Nanoantenna relacionado con estas posibles aplicaciones a métodos de diagnóstico.

http://www.spaintechnology.com/

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