La Comisión Europea ha puesto en marcha el “Proyecto Argos”, un sistema de prevención y alerta rápida para mejorar la seguridad en las urbes europeas.
La seguridad en las ciudades es una de las principales preocupaciones de los gobiernos de todos y cada uno de los países europeos. Los atentados de la última década en Madrid, Londres y París no han hecho sino evidenciar la falta de medidas de control para evitar estas catástrofes terroristas.
En esta línea, la Comisión Europea ha puesto en marcha el “Proyecto Argos”, un sistema de prevención y alerta rápida para mejorar la seguridad en las urbes europeas. Y es que la sociedad actual obtiene energía de las centrales eléctricas, se desplaza a través de estaciones y aeropuertos, y se abastece de agua de depósitos, infraestructuras todas ellas críticas.
Es por este motivo por el que han decidido desarrollar un proyecto común para todos los países que amplíe el perímetro de seguridad de las ciudades, permitiendo que los operadores reciban señales de alerta en el mismo momento en el que surja un problema.
Un avanzado sistema de seguridad que emplea técnicas complejas para proteger las infraestructuras clave del país y que calcula todos los factores de riesgo que identifican una serie de sensores instalados en los recintos de cada una de las instalaciones. Esto permitirá que los operadores del emplazamiento vigilado estén al corriente de cualquier tipo de amenaza posible.
Por otro lado, al tratarse de tecnología inteligente de última generación, se podría enseñar al sistema a diferenciar entre alertas falsas provocadas por eventualidades externas como la climatología o los animales, con aquellas producidas por el ser humano. Las reacciones pueden articularse tanto desde las propias instalaciones como a distancia.
Además de implementar un sistema capaz de evaluar riesgos reales, el proyecto también persigue soluciones de bajo consumo energético para que puedan funcionar incluso en entornos en los que no siempre se dispone de una fuente de alimentación. La integración de todos los elementos anteriores ha dado lugar a un sistema que garantiza la seguridad de las instalaciones críticas aun cuando tengan varios kilómetros de perímetro sin personal de seguridad presente.
La tecnología también puede emplearse en instalaciones hidroeléctricas y portuarias para prevenir ataques procedentes del mar o desde cargueros amarrados en el puerto. Y también puede ser de utilidad para oleoductos, instalaciones energéticas y reactores nucleares, siendo capaz de detectar hasta los posibles ataques aéreos.
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