Acaban de completarse los diseños para actualizar el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, Suiza) y ampliar su potencial de descubrimiento.
Gracias al proyecto de diseño financiado con fondos europeos HILUMI LHC, ya se pueden crear prototipos industriales para varias de las piezas del acelerador antes de que se ponga en marcha la fase de construcción en 2020, con la finalidad de multiplicar por diez la luminosidad de la instalación.
La finalización de esta fase de diseño depara la oportunidad de que, durante la segunda mitad de esta década, empresas europeas de alta tecnología se postulen para la concesión de contratos por un valor cercano a los 300 millones de euros. El éxito del proyecto también sirvió para asentar el Espacio Europeo de Investigación como pilar de la cooperación científica mundial y como líder en tecnologías y conocimientos absolutamente punteros.
El LHC es el acelerador de partículas más grande y más potente del mundo. Construido bajo la frontera francosuiza por la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), el LHC es un túnel subterráneo circular de veintisiete kilómetros de longitud diseñado para ejecutar experimentos complejos con partículas que ofrezcan información sobre los mecanismos que rigen el Universo.
Una luminosidad mayor permitirá provocar más colisiones y aumentar las probabilidades de identificar una partícula o proceso que hubiese pasado desapercibido hasta ahora para el colectivo dedicado a la física. Tras esta ampliación, el LHC de gran luminosidad producirá 15 millones de bosones de Higgs al año, una cifra muy superior a los 1,2 millones generados en 2011 y 2012. Sus científicos también podrán observar procesos raros que escapan a la sensibilidad actual del LHC.
El LHC es una máquina optimizada de enorme complejidad y sus mejoras deben someterse a un proceso meticuloso de estudio y planificación. El proyecto HILUMI LHC, puesto en marcha en noviembre de 2011, reunió a una gran cantidad de laboratorios de los países miembros del CERN, Rusia, Japón y Estados Unidos para investigar el potencial de nuevas tecnologías de última generación. En la fase de diseño, de cuatro años de duración, participaron cerca de doscientos científicos de veinte países hasta su finalización oficial a finales de octubre de 2015.
Esta mejora comportará la aplicación de varias tecnologías revolucionarias aún en desarrollo, la sustitución de 1,2 kilómetros del LHC y la instalación de nuevos imanes superconductores que permitirán enfocar más el haz y aumentar la probabilidad de que se produzcan colisiones. También se emplearán cavidades de radiofrecuencia superconductoras (crab cavities) para orientar el haz antes de las colisiones y ampliar así la longitud de la zona en la que se solapan los haces.
El proyecto HILUMI LHC también estudió temas de refrigeración criogénica para varios componentes eléctricos. Se estableció además una instalación de pruebas con la que medir un cable superconductor para su uso en cables de corrientes elevadas. «Debemos generar innovaciones en muchos campos, desarrollar tecnologías punta de imanes, la óptica del acelerador, las cavidades de radiofrecuencia superconductoras, y los enlaces de superconducción», declaró Lucio Rossi, director del proyecto HILUMI LHC.
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