Tener adicciones implica que no se controlan los impulsos que llevan a las personas tener determinados comportamientos, que en general resultan dañinos para la salud, ya que el estar ‘enganchado’ genera la necesidad de aumentar la dosis. Y todo en exceso resulta perjudicial. Aunque la mayoría de las adiciones son nefastas en proporciones mínimas.
Las drogas, el alcohol y el tabaquismo son las más comunes. Lamentablemente, algunas están ampliamente publicitadas y se consideran “hábitos de consumo”. En general, a menos que se presente un problema de salud relacionado con el consumo de alcohol y/o tabaco, no se toman medidas para evitarlos.
Pero hay muchas más adicciones que resultan preocupantes y son muy difíciles de detectar, puesto que ello conlleva un autoanálisis profundo, que a los adictos les resulta casi imposible de realizar. Y cuando alguien les insinúa que pueden tener un problema, en general, lo niegan rotundamente.
Adicciones menos conocidas
Trabajo
La adicción al trabajo es una de las que suelen confundirse con la “costumbre”. Hay personas a las que le es imposible dejar de trabajar. Aun fuera de la oficina y/o del ámbito laboral, siguen “enganchados” a las tareas pendientes y ello les afecta en los demás aspectos de su vida, ya sea familiar o social.
Internet
Ser adicto a Internet o a los videojuegos, es una de las llamadas “adicciones modernas”, que han surgido en los últimos años. Existen centros de rehabilitación para poder dejar estas actividades y hay casos extremos, en los que, especialmente los más jóvenes, han llegado a pasarse cientos de horas frente a la pantalla, a veces hasta sin comer.
Cafeína
Como la mayoría de las drogas, la cafeína resulta una recompensa para el cerebro, puesto que imita a la adenosina, un nucleósido que tiene efectos sedantes y ralentiza el sistema nervioso. Pero la cafeína actúa exactamente de manera contraria, acelerando el sistema nervioso e inhibiendo las funciones normales de la adenosina. Lo que explica que el adicto cada vez necesite dosis mayores.
Televisión
Muchos estudios demuestran que, ver televisión puede ser relajante y tranquilizador, pero cuando alguien es adicto, necesita pasar mucho tiempo frente a la pantalla. Aunque está comprobado que, la satisfacción que experimenta va disminuyendo con las horas, por lo que cuanto más miran, menos les sacia. Las adicciones son lo opuesto a una vida saludable.
Fármacos
No necesariamente hablamos de medicamentos peligrosos o de fármacos recetados, que se sabe que son capaces de generar hábito, sino de pastillas, colirios, jarabes, cápsulas y demás, de las que este tipo de adictos es incapaz de prescindir y en general, consume de forma compulsiva y desproporcionada.
Ejercicio
Todo tiene un límite. Si bien uno de los 4 trucos para adoptar un estilo de vida saludable es tener una actividad física regular, los adictos a los deportes o al ejercicio, se pasan todo el día obsesionados con esto. En general practican varias disciplinas y su prioridad es ejercitarse, todos los días y la mayor cantidad de horas posibles.
Liberarse es la clave
Llevar un estilo de vida saludable implica tener mesura en todo lo que se emprende, ya sea una dieta, un tipo de actividad física o un emprendimiento que haga feliz a quien lo realiza. Por otra parte, todas aquellas sustancias que a priori resultan dañinas para la salud, deben ser eliminadas de raíz.
El consejo de los médicos es que, no hay que esperar para estar enfermo a la hora de abandonar una adicción. Si no que, si se padece de algunas de las citadas o de otras, el consejo y la ayuda profesional pueden ser la mejor solución, para quien realmente opta por llevar una vida saludable.