Muchas personas se preguntan ¿Por qué te duelen los riñones? Los riñones no son un órgano que duela normalmente. No nos duelen los riñones por llevarlos al aire como advierten las abuelas y así pesa sobre la creencia popular. Además, es imposible que ‘enfermen’ por no llevar la espalda cubierta. Los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedad de los riñones son la diabetes, la presión arterial alta, la enfermedad cardíaca y los antecedentes familiares.
Contrariamente a lo que la gente piensa, los riñones no están en la zona lumbar. Se localizan uno a cada lado de la columna vertebral, pero en realidad están situados cerca de la parte media de la espalda y justo debajo de la caja torácica, es decir, de las costillas.
A diario procesan unos 190 litros de sangre, para eliminar aproximadamente 2 litros de desechos y de exceso de agua en el cuerpo, a través de la orina. Y pese a la creencia popular, los riñones no se enfrían. Ni tampoco es cierto que por culpa del frío se producen cólicos ni infecciones de riñón.
¿Por qué te duelen los riñones? Lo del frío es un mito
Lo que produce infecciones de orina son la presencia de gérmenes, así como determinados hábitos, pero nada que ver o relacionado con el frío. Es cierto que si no te abrigas la espalda puedes tener una lumbalgia, pero no es un dolor realmente renal, sino que se trata de una contractura de la musculatura cercana a los riñones.
En el periodo invernal es habitual acatarrarse o engriparse. Y es muy frecuente que estas afecciones vayan acompañadas de dolores del tipo muscular en brazos, piernas y también en la zona lumbar. El dolor en la zona lumbar no suele corresponderse con el dolor de riñones por llevarlos al aire, sino con un dolor muscular. Pese a eso, se piensa que la culpa de un problema renal la tiene el frío. Pero esta es una afirmación o creencia falsa.
También es cierto que durante los periodos de más frío se producen infecciones de garganta, que son causados por unos gérmenes poco usuales. Y que pueden estar relacionados con enfermedades renales. Se trata de un tipo especial de estreptococo que produce a su vez una ‘glomerulonefritis aguda’ o inflamación de los pequeños filtros de los riñones (glomérulos).
Este tipo de estreptococo produce epidemias locales. Y lo que inicialmente parecía un brote de catarro o de dolores de garganta, con los días se convierte en hematuria (sangre en orina) o en fallos renales, de los que una pequeña proporción fallece y los demás se recuperan.
Esto también ocurría en las naciones más desarrolladas hace ya muchos años. Y lo desconcertante es que para cuando aparecía la lesión renal, el estreptococo había desaparecido. En este caso, los antibióticos no son viables Y la única manera de frenar la epidemia es evitando la transmisión de la faringitis que es la afección primaria.
Hoy estas cepas de estreptococo siguen estando en la naturaleza. Pero en la mayoría de los países son mucho menos peligrosas, porque la inmunidad general de la población ha mejorado. Sin embargo, a causa de estos problemas específicos de infecciones de vías respiratorias asociadas a problemas renales, aún subsiste el mito del enfriamiento.
Y ello sucede porque el concepto está en el subconsciente de la población, fundamentalmente en la de nuestros mayores. Que nos siguen aconsejando que nos abriguemos bien los riñones, para evitar que nos duelan.
¿Y entonces cuándo y por qué te duelen los riñones?
Los dolores más característicos son los que provocan los cólicos nefríticos, que pueden ser tan fuertes como los de un parto. Y difieren radicalmente de cualquier malestar que se pueda sentir en la zona lumbar. Cuando se tiene un cólico, el dolor es agudo y viene acompañado de un malestar generalizado y a veces de náuseas y vómitos.
El dolor de un cólico de riñón es realmente muy fuerte y quien lo padece una vez no olvida jamás la situación, puesto que es completamente imposible compararla con otro tipo de dolor. El cólico de riñón se debe a un proceso que inicialmente no duele. Ya que puede ser originado por calcificación, coágulos, procesos infecciosos, etc.
En al caso de las litiasis, es decir, la formación de piedras, se deben al depósito de sales. Estas son fundamentalmente de calcio, pero también de ácido úrico u otras sustancias. En principio estas se acumulan en la parte interior de los riñones. Allí se compactan y forman un cálculo, que mientras este pegado al riñón, no suele doler. El problema es cuando se suelta, ya que hasta que logre salir puede doler muchísimo.
En el caso de que no sea viable una expulsión natural, hay varios métodos para disolverlos. Y en el caso de que haya procesos infecciosos, se realizan urocultivos con antibiogramas para identificar que bacteria provoca la infección. Y de esa manera prescribir los antibióticos más adecuados para combatirlas.
¿Como evitar estos problemas?
La alimentación es sin dudas una de las bases de la prevención de los problemas renales. Tomar abundante agua es una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestro aparato urinario en general y por nuestros riñones en particular. Uno de los peores enemigos de la salud renal es la sal. Por lo que los embutidos, los productos en salmuera y los alimentos procesados, son muy perjudiciales. Así como el alcohol, las carnes rojas y las bebidas muy azucaradas.
Entre los alimentos aliados del los riñones destacan los arándanos, las fresas, la piña y la patata. Además de estos tres en particular, es fundamental consumir muchas frutas y verduras, ya que aportan antioxidantes y mucha agua, además de minerales y vitaminas necesarios para la salud renal. Y para que la protección sea completa, hay que asegurarse que sean alimentos ecológicos y en lo posible: frescos y de temporada.