Alcachofa ecológica: un superalimento exquisito. Si bien los romanos y griegos ya la conocían, la alcachofa no se instaló en Europa hasta la Edad Media, cuando desde sus originarias tierras egipcias y etíopes trajeron sus simientes y se la comenzó a cultivar. Su integración en la cocina mediterránea fue rápida, ya que marida muy bien con otros productos locales.
Desde Europa se propagó por el mundo entero, gracias a que se adapta muy fácilmente a los diferentes suelos, siempre que el clima resulte templado. De nombre científico: Cynara Scolymus también se la conoce como alcaucil, alcacil o cardo comestible y a día de hoy existen gran variedad de subespecies. Entre sus principales productores están: Francia, España, Gran Bretaña, EEUU y Argentina.
¿Qué es la alcachofa?
Hablamos de una planta perenne que pertenece a la familia Asteraceae, que se consume desde hace varios siglos, aunque sus propiedades nutricionales y beneficios para la salud, solo se comprobaron a principios del siglo XX. Es una variedad domesticada y no espinosa del cardo silvestre, con un tallo grueso de hasta 2 metros de altura y hojas grandes y lobuladas. Resulta fundamental elegir variedades que sean del tipo alimentos bio.
La parte comestible de las alcachofas es su inflorescencia, que tiene forma de rosetón conformado por hojas (brácteas) unidas en su base al tallo. Las exteriores son muy fibrosas y duras, pero las interiores, es decir, el llamado ‘corazón’ de la alcachofa, es un superalimento tierno, delicado y muy sabroso. También se puede comer el tallo inmediato a la flor.
Principios activos y beneficios
Entre los principales elementos que aporta el consumo de este superalimento está la cinarina, que es una sustancia aromática de sabor amargo que constituye un poderoso antioxidante. A la vez que, como estimula la producción biliar, es un depurador hepático natural, de hecho, la gracias a esta (y otras) sustancias, la alcachofa se emplea como agente digestivo y detox.
También contiene inulina, vitaminas C, B9 y K, potasio, fibras dietéticas que ayudan en la digestión y promueven el buen funcionamiento intestinal, flavonoides, proteínas vegetales, calcio, magnesio, sodio, hidratos de carbono, una buena dosis de hierro y oligoelementos.
Además de intervenir positivamente en el sistema digestivo y prevenir la producción de gases, este superalimento es un reductor natural del colesterol ‘malo’. Ayuda a quemar grasas, por lo que resulta imprescindible su presencia en las dietas para perder peso. Y este alimento ecológico también debería ser consumido por las personas que deben reducir sus niveles de azúcar en sangre. Alcachofa ecológica: un superalimento exquisito.