La definición de ecológico es muy sencilla: son todos aquellos alimentos que se han producido de manera natural, evitando el empleo de componentes químicos (pesticidas, fertilizantes, agroquímicos, etc.) que alteren el ecosistema y cuyo crecimiento se atiene al ciclo natural sin la intervención de manipulaciones genéticas.
El problema está en que si el consumidor no recibe una idea clara de qué es un producto ecológico, este difícilmente alcanzará todo su potencial en el mercado elegido. Es necesario que las personas entiendan el concepto y todas sus implicaciones para poder aprovecharlos.
La mayoría de las personas se esfuerzan mucho por tener una salud óptima. Pero no siempre es fácil saber qué medidas hay que implementar para conseguir esta objetivo y ello se debe a que el mundo de la nutrición es muy amplio y circula mucha información contradictoria. Hoy trataremos de dirimir si los alimentos ecológicos realmente pueden ayudarnos a lograr una vida saludable y si son nutricionalmente mejores que los demás.
¿Qué son los alimentos ecológicos?
Son los que se producen mediante la práctica de la agricultura ecológica, cuyo principio consiste en trabajar en armonía con la naturaleza, sin dañarla ni oponerse a sus leyes. Y su mayor meta es preservar el medio ambiente, al tiempo que se obtiene de la tierra los alimentos que necesitamos los seres humanos.
Este tipo de agricultura cuida y conserva el hábitat natural de plantas, animales y vida silvestre. Y lo hace evitando el empleo de materiales sintéticos y químicos como fertilizantes, pesticidas y antibióticos. Tampoco usa ningún elemento que haya sido modificado genéticamente (transgénico). Y mantiene un estatus estricto de trabajo, que es controlado periódicamente.
Certificaciones de alimentos ecológicos
Todos los alimentos ecológicos deben cumplir con estándares muy rigurosos y hay diferentes etiquetas que se pueden emplear para calificarlos. La mención ‘100% ecológico’ u orgánico indica que los ingredientes son todos orgánicos. Y el etiquetado de ‘Orgánico’ indica que el producto está hecho con al menos un 95% de material orgánico.
La alusión a que un producto contiene ‘ingredientes orgánicos’ declara que, al menos un 70% de los componentes son de ese origen. Y puede mostrar tres ingredientes orgánicos en la etiqueta del alimento. El término ‘no orgánico’ se utiliza cuando menos del 70% de los ingredientes son de origen ecológico.
Se habla de no orgánico o no ecológico cuando se hace referencia a elementos que han sido producidos con la adición de químicos sintéticos. Ya sea en el momento del cultivo o durante el procesamiento. Entre los alimentos clasificados como no ecológicos encontraremos comidas precocinadas y alimentos procesados y ultraprocesados. Pero también todas las frutas y verduras cultivadas con pesticidas y/o de origen transgénico.
¿Qué es mejor?
Muchos informes indican que los alimentos ecológicos tienen un valor nutricional mucho más alto que los no orgánicos. Puesto que contienen cantidades más significativas de vitaminas, oligoelementos y minerales.
Además, los alimentos ecológicos aportan al consumidor un mayor porcentaje de antioxidantes (agentes de combate natural contra a los radicales libres y el envejecimiento) que los científicos estiman podría rondar entre el 20 y el 40%.
Por otra parte, los alimentos ecológicos están menos expuestos a la presencia de pesticidas, fertilizantes, agroquímicos (como el glifosato), ni antibióticos. Y tienen la garantía de que no se han empleado semillas modificadas genéticamente, es decir, transgénicas. Además de contener productos químicos, los alimentos no orgánicos tienen niveles altos de metales pesados.
¿Todo lo ecológico es maravilloso?
No. Decididamente, no todo es perfecto, puesto que los alimentos ecológicos pueden contaminarse con elementos sintéticos. Pero siempre tendrán contenidos mucho menores. Y si bien la carne orgánica que se produce a partir de animales que no reciben antibióticos, medicamentos ni inyecciones de esteroides es más sana. Si es roja, sigue siendo mejor comerla en cantidades mínimas semanales.
Por otra parte, los estudios han demostrado que muchos pollos ecológicos y todos los no ecológicos contienen bacterias resistentes a múltiples fármacos. Y también hay que tener presente que no todos los alimentos ecológicos serán necesariamente saludables. Puesto que las gominolas o las patatas fritas orgánicas no dejan de ser productos con muy bajo valor nutricional.