Ómicron es la denominación que se le ha dado a la última variante del virus SARS-CoV-2 y la que aparentemente podría tener mayor poder de mutación hasta la fecha. Las autoridades están muy alertas ante este tema y cualquiera que quiera tener una vida saludable, debe informarse.
¿Qué es la variante Ómicron?
Los científicos son muy claros al respecto: aún es demasiado pronto como para hacer aseveraciones comprometidas y tajantes respecto a esta nueva variante que surgió en Sudáfrica. Lo que recomiendan es tomar precauciones y evitar la propagación mediante el uso de mascarillas, la distancia social, evitar los desplazamientos, etc.
Es cierto que hay versiones que hablan de que esta variante resulta muy diferente de la que originalmente apareció en la ciudad china de Wuhan, por lo que se podría predecir que su índice de mortalidad, posibilidades de mutación, reacción contra las vacunas o índices de contagios podría ser peores, aunque hasta ahora se especula mucho, pero se sabe poco en realidad.
Multimutacional y virulenta
Una de las características de esta variante es sin dudas su gran capacidad de mutar y reconvertirse. Por ello la OMS la ha calificado como ‘variante preocupante’. El problema es que también ha catalogado así a otras variantes del virus que provoca la COVID19, como las Delta, Beta, Gamma o Alfa.
Los científicos han constatado que la Ómicron tiene una cantidad inusual de mutaciones y que resulta significativamente distinta a las variantes que están en circulación. Se han comprobado hasta 50 mutaciones de esta variante, que son muchas más de las que presenta la Delta que es la que en la actualidad se considera como la dominante a nivel mundial. El temor a que alguna de ellas sea inmune a las vacunas se basa justamente en esta enorme capacidad de cambio.
Otra de las características es su alta virulencia, ya que las personas que enferman tienen una sintomatología parecida a la de otras variantes, pero la enfermedad se manifiesta antes; además la Ómicron tiene una gran capacidad de transmisión, que aparentemente podría ser mayor que las anteriormente identificadas.
Muy extendida
Se creía que la variante Ómicron no estaba muy extendida, dado que Sudáfrica es uno de los países africanos con mayores medidas de contención del virus. Además, existen muchas restricciones de varias naciones para visitarlo, pero a pesar de ello, se dio un primer caso europeo en Bélgica y a día de hoy se estima que podría estar infectando personas en cualquier parte del mundo.
Único escudo: la vacunación masiva
La premisa que sostuvieron los científicos casi desde el minuto uno que se declaró la pandemia es que, si no hay una vacunación masiva y mundial el virus no podrá ser detenido y vencido. Contra esta realidad está la de que, tristemente, los países que realmente tienen altos índices de vacunación son los menos.
En Europa, gran parte de América del Sur, EEUU, Canadá y la mayoría de los países europeos hay una tasa de vacunación de al menos una dosis, que alcanza al 60% de su población, pero la desigualdad a nivel mundial es realmente brutal. ·En el continente africano el porcentaje no supera el 10% y hay países como Haití, en donde solo los ricos se han podido vacunar.
Para lograr la tan mentada ‘inmunidad de grupo’ será necesario, que todo el mundo esté en los niveles de vacunación que ostenta por ejemplo España, que es casi del 80% con dos dosis. Esto no solo protege contra el agente patógeno, sino que también desacelera su transmisión. Mientras esto no varíe, la variante Ómicron no será la última que se descubra.