Una buena idea
Una dieta equilibrada es uno de los pilares para una buena salud física, pero también contribuye a la salud mental, incluso si no nos comemos lo que cocinamos. Según un estudio de la Universidad Edith Cowan (Australia) y sus asociados, las habilidades culinarias son beneficiosas para el estado psicológico.
El estudio se basó en un trabajo cooperativo entre The Good Foundation, la Universidad australiana Edith Cowan y Jamie’s Ministry of Food. Todo surgió por una iniciativa del chef británico Jamie Oliver, que tiene como objetivo enseñar a cocinar a personas de todo el mundo. El desarrollo y las conclusiones de este trabajo han sido publicadas en su totalidad en la revista Frontiers in Nutrition.
Aprende a cocinar alrededor del mundo
Jaime Oliver se paseó por Australia en una cocina móvil con la que recorrió diferentes sitios del país entre los años 2016 y 2018 enseñándoles a cocinar a cientos de personas. Los científicos que participaron en el estudio se interesaron por 657 participantes, que tomaron clases de cocina durante siete semanas.
El principio de estas lecciones era enseñarles a los asistentes a preparar comidas sanas y equilibradas. Los investigadores midieron cuál era el efecto que dicho programa tenía en la confianza que los participantes sentían a la hora de ponerse a cocinar solos, en su salud mental y en su satisfacción general con la experiencia de cocinar y los comportamientos relacionados con la comida.
Efectos muy beneficiosos
Los científicos comprobaron que la gran mayoría de las personas que participaron en el programa confesaron haber experimentado mejoras significativas en su salud física general, en su estado mental y en su vitalidad. Estos efectos fueron descritos por los asistentes inmediatamente después del final del programa y durante el transcurso de los seis meses siguientes que duró el seguimiento.
Para los científicos este es un gran paso, puesto que podría ayudar a prevenir la aparición de ciertas enfermedades, ya que mejorar la calidad de la alimentación de las personas puede resultar estrategia preventiva muy eficaz, para detener, prevenir o retardar ciertos deterioros a nivel de la salud mental, tratar la obesidad y otras afecciones y poder llevar una vida saludable.
Una de las conclusiones a las que llegaron los autores del estudio es que, ayudar a las personas a superar algunas de las barreras que les implica el no saber cocinar es muy positivo, puesto que si no saben prepararse sus propios platos saludables es muy posible que acaben consumiendo alimentos precocinados, que son altos en calorías, lo que les promueve la obesidad y muy bajos en valor nutricional.
En cuanto a la mejora de la salud mental, los investigadores constataron que no importaba si la persona era obesa, con problemas de sobrepeso o dentro de la norma, sino que prácticamente todos los participantes dijeron haber experimentado una mejora significativa a nivel psicológico.
Lo importante es cocinar
Una de las conclusiones más sorprendentes de este estudio es que la salud mental de los participantes mejoró en términos generales, aunque no siempre se verificó un cambio real en su dieta al finalizar el programa de clases.
Por ello, los científicos creen que existe un vínculo muy poderoso entre la satisfacción de cocinar y de aprender nuevas habilidades culinarias y la salud mental, por lo que lo importante era la actividad en sí y no necesariamente el resultado.