Obesidad y salud
Las personas tienen un peso ideal según su complexión, es decir, la conformación ósea (peso y forma de los huesos), su musculatura, etc. Cuando se tiene mucha grasa de más se puede hablar de sobrepeso o de obesidad, dependiendo de lo grave que resulte la acumulación adiposa en el organismo.
Para dirimir si una persona adulta (sin importar edad o sexo) está en su peso correcto, se emplea un indicador llamado índice de masa corporal o IMC, que se basa en la relación que existe entre la altura y el peso (kg/m2). Si el IMC es menor de 25 el peso es el correcto, si es igual o mayor a esa cifra se está ante un caso sobrepeso y cuando se supera el IMC de 30 se diagnostica obesidad.
Tanto el sobrepeso como la obesidad son dos condiciones que pueden ser perjudiciales para la salud, especialmente la obesidad ya que es una patología crónica y progresiva, capaz de afectar aspectos médicos, biológicos, psicológicos, culturales y sociales de un individuo. Esta enfermedad está asociada con el incremento del riesgo de padecer muchas otras afecciones asociadas (cardiovasculares, diabetes, renales, hepáticas, etc.)
La obesidad tiene un peso importante en la calidad de vida de los individuos, puesto que para muchos es un impedimento para realizar muchas actividades, además de un factor emocional que puede afectar a la autoestima e inducir a condiciones alimentarias negativas como la bulimia y a situaciones de ansiedad y depresión.
La obesidad no se cura, pero sí se puede superar en la mayoría de los casos, aunque para ello se requiere mucha fuerza de voluntad, un férreo apoyo del entorno familiar y social, una dieta sana y balanceada y practicar ejercicio regularmente. Ante casos muy extremos se puede recurrir a soluciones quirúrgicas, que conllevan un cambio de vida radical tras la operación.
La obesidad no es una cuestión de falta de voluntad o de elección, ya que es el resultado de múltiples factores, tanto ambientales, genéticos, personales y el deseo de querer adelgazar es completamente legítimo y respetable, pero tras ese deseo, pueden ocultarse muchos otros males que no deben ser descuidados ni ignorados.
Por otra parte, si bien es importante la aceptación del propio cuerpo y combatir la ‘gordofobia’ cultural y social, la gente que padece de obesidad debe ser consciente de que tiene una enfermedad y que de la misma forma que se tratan otras afecciones, también debe hacerlo con esta, puesto que le puede ir la salud y la vida en ello
¿Qué es la ‘gordofobia’?
La gordofobia se basa en prejuicios y estereotipos negativos que pululan en la sociedad, según los cuales ser gordo es una cuestión de voluntad personal, por lo que las personas que padecen obesidad o sobrepeso son las únicas responsables de su situación y no bajan de peso porque no les da la gana y les gusta comer.
Esta presión social puede tener un impacto muy fuerte a nivel psíquico, provocando trastornos alimentarios y variaciones de peso. Por lo que resulta fundamental saber que hablamos de una enfermedad y que las personas con obesidad requieren apoyo, no críticas destructivas.
Para poder superar esta afección deberán realizar un esfuerzo mayúsculo, que implica un cambio de hábitos y de vida radical, por lo que cada palabra ofensiva, cada mirada disimulada, cada risita contenida, solo sirven para restarle fuerzas y deseos de superación.