No todo lo procesado es malo
Efectos en la salud de los alimentos industrializados. Los riesgos para la salud de los alimentos industrializados son realmente preocupantes. Los alimentos no procesados y los que lo están, pero en una mínima medida se pueden consumir sin ningún riesgo. Aunque siempre se debe verificar que procedan de cultivos libres de pesticidas y de abonos artificiales o de una producción sostenible. Salvo que se padezca alguna intolerancia o alergia puntual son una excelente fuente de nutrientes.
Respecto a los alimentos procesados, los nutricionistas alertan acerca de su consumo excesivo. Recomiendan decantarse por aquellos a los que los procesos a los que se los somete no tengan como resultado una desnaturalización del alimento. La liofilización, la pasteurización, el congelamiento o la cocción simples son procesos aceptables.
Sabrosos pero peligrosos
En cuanto a los alimentos super procesados, las cifras que arrojan las investigaciones no son para nada alentadoras. Se relaciona el consumo de estas comidas rápidas y ultra procesadas con la aparición de varios tipos de enfermedades, entre las que destacan: diabetes, problemas cardiovasculares, hipertensión e hipercolesterolemia.
Muchos de los ingredientes más comunes en los alimentos ultraprocesados podrían provocar cáncer, de hecho, hay estudios que vinculan el aumento en la ingesta diaria de este tipo de comidas con la aparición de ciertos tipos de carcinomas, especialmente en el estómago, vejiga, colon y esófago.
Desde que en 2018 un equipo de investigadores brasileños acuñase el concepto de alimentos ultra procesados se han realizado incalculables estudios al respecto y todos han llegado más o menos a las mismas conclusiones: pueden ser muy sabrosos, pero su consumo podría resultar fatal, por lo que se aconseja eliminarlos por completo de la dieta diaria. Su consumo debe limitarse como mucho a un capricho esporádico.
Entre los efectos en la salud de los alimentos industrializados más nocivos está el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad. Nos hemos pasado toda la vida creyendo que solo los estadounidenses que se alimentan con hamburguesas, donuts y perritos calientes estaban expuestos a estas enfermedades, pero en realidad en España y en la Unión Europea casi el 50% de la población padece problemas de sobrepeso en algún momento de su vida.
Y lo más preocupante es que cuando la obesidad o el sobrepeso se dan en niños, acaban siendo una condición médica que les puede afectar por el resto de su existencia. Por ello es fundamental que se los acostumbre a comer sano desde la más tierna edad. Verduras, frutas, legumbres, lácteos y carnes de todo tipo, deben ser parte de su dieta diaria.
Vivir más y mejor
La diabetes, la obesidad, pero también el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis o la distrofia muscular son las diversas enfermedades crónicas resultantes de la alteración regular que sufre nuestro metabolismo, como parte de los efectos en la salud de los alimentos industrializados. La diabetes tipo 2 es la séptima causa de muerte en todo el mundo.
Si realmente queremos tener una vida saludable es fundamental que eliminemos los alimentos procesados y especialmente los ultraprocesados de nuestra dieta diaria. Se vive más y mejor sin azúcares, bollería industrial, bebidas energizantes, comidas preparadas y un largo etc. Y nadie se muere por no probarlos, al contrario, su consumo excesivo puede acabar matándonos.