Este sábado, 1 de agosto, acudirá una vez más a vender sus trufas ecológicas, en este caso la “túber aestivium” o trufa de verano, un manjar que además podrán probar gracias a la degustación de trufa y aceite de oliva virgen extra que prepara junto a aceites Elkea y Gil Pagola a las 12.00 h.
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¿Cómo empezasteis con la producción de trufa?
Fue un poco por casualidad. Nos encanta la micología y siempre hemos sido recolectores. Hace unos años dejamos Pamplona y decidimos irnos a vivir al campo, al valle de Yerri, donde empezamos a recoger trufa silvestre.
Poco a poco nos surgió la ocasión de ir alquilando y comprando terrenos truferos, lo que unido a nuestra afición por la trufa, que es un hongo, y a ver que en Navarra había pocas explotaciones hizo que nos animáramos a dedicarnos a ello de forma más profesional. Fuimos pioneros en Navarra y ahora tenemos diez hectáreas para producir trufa ecológica, túber melanosporum o trufa negra en invierno y la aestivium o trufa de verano en esta temporada.
La verdad es que tenemos la suerte de dedicarnos a lo que nos gusta: Chencho se dedica a la producción y yo a la venta, algo que me encanta, me gusta mucho ir a mercadillos y hacer venta directa. Hemos ido muy poco a poco, partiendo de una afición hasta profesionalizarnos.
¿Dónde están ubicadas vuestras zonas de producción?
Estamos en Tierra Estella, con la mayor parte de nuestros terrenos en Ancín y algo en Ollogoyen y Metauten.
¿Por qué trufa ecológica?
Ha habido dos razones de peso para decantarnos por la producción ecológica. La primera es la convicción, tenemos que ser conscientes como productoras y consumidoras de lo importante que es cuidar del medio ambiente y nuestra salud. La agricultura convencional no tiene futuro, debemos trabajar en ecológico si queremos que el planeta sobreviva.
La segunda razón es de oportunidad. España produce el 50% de la trufa mundial, necesitábamos diferenciarnos y para nosotros fue fácil decantarnos por la producción ecológica por, como te decía, estar convencidos de esa necesidad. La producción ecológica nos abre puertas y nos hace ser distintos a otras productoras de trufa, nos da pie además a entrar en el mercado europeo y nos hace sentir cómodos con nuestro trabajo.
Estás en el EKOmercado desde su primera edición ¿Por qué?
Te comentaba antes que me encanta ir a mercados, el contacto con el público, la venta directa, que me pregunten cosas. Si hay una oportunidad, voy. Y esta era una posibilidad que no iba a dejar pasar. Además empezó muy bien, con mucha afluencia de público y mucho interés.
Luego llegó la pandemia y las cosas han cambiado bastante, pero pienso que se recuperará y que hay que estar ahí mientras tanto, apoyando la iniciativa porque merece la pena llevar el producto ecológico directamente de la producción a las personas consumidoras.