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sábado, marzo 25, 2023

De la tierra a la mesa

La unión de productores y consumidores responsables es una eficaz fórmula para impulsar iniciativas de consumo local que garanticen la calidad de los alimentos ofrecidos, la sostenibilidad del entorno natural y un precio justo que permita el mantenimiento de los profesionales del sector agropecuario. Esta es la fórmula de Terraviva, una asociación de consumo responsable y comercio justo que trabaja principalmente en las localidades alicantinas de Elche y Crevillente, en la Comarca del Bajo Vinalopó.

Cuatro socios dedicados a la producción de alimentos ecológicos y 30 familias de consumidores forman parte actualmente de Terraviva, que comenzó a dar sus primeros pasos en mayo del pasado año. Poco tiempo después se iniciaron los repartos, como explica a Noticias Positivas Daniel Vives, presidente de la asociación: “comenzamos a distribuir los alimentos a finales de julio de 2009. Desde entonces repartimos nuestras cestas de fruta y verdura ecológica cada martes”.

Trabajar a nivel local hace posible una distribución directa entre el productor y el consumidor, beneficiando así a ambas partes. En el caso de los productores, al verse libres de los intermediarios pueden recibir un mayor salario por su actividad, y al mismo tiempo evitan las presiones impuestas por el circuito de comercialización de las grandes superficies, que dificultan la adopción de métodos de cultivo ecológico. Por su parte, los consumidores ven facilitado su acceso a productos de mucha mayor calidad que los convencionales y a precios similares a éstos.

La asociación también compra alimentos ecológicos a otros productores locales y productos envasados a un distribuidor provincial. Tanto los alimentos producidos por Terraviva, como los provenientes de productores externos, se cultivan siguiendo normas ecológicas, sin pesticidas, venenos, abonos u otros tratamientos químicos. Además, son cosechados, en la medida de lo posible, el mismo día o el día previo al reparto.

Terraviva ya está trabajando en la obtención del sello de certificación ecológica para los productos cultivados en sus fincas. Este proceso suele durar unos dos años, motivo por el que todavía está en fase de aprobación. En el caso de los agricultores locales que venden sus productos a la asociación, la mayoría de ellos sí cuentan con esta garantía legal, aunque lo realmente importante, destaca Vives, es “el trato personal y la confianza. Cuando conocemos a alguien y sabemos cómo cultiva, no le exigimos el sello”.

Esta es una asociación abierta, y cualquier persona puede formar parte de ella para consumir o vender sus productos ecológicos. Por otro lado, Terraviva también organiza actividades que fomentan el consumo responsable y la comida sana, como comedores vegetarianos, charlas y actividades en la huerta.

www.noticiaspositivas.netwww.terraviva.es.gd

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