Dale protagonismo a una de las verduras más cultivadas del mundo con este plato originario de Siria-Líbano, lleno de vitaminas, minerales y antioxidantes, apto para toda la familia.
500 g de judías verdes
1 cebolla pequeña
200 g de tomates
2 cs de tomate frito
2 dientes de ajo
2 cs de perejil picado
½ cp de azúcar blanquilla
¼ l de agua
4 cs de aceite de oliva
pimienta
sal
Tiempo total: 1 hr 10 min
Tiempo de elaboración: 20
Tiempo de cocción: 50 min
Epoca del año recomendada: todo el año
Elaboración:
Pele y pique finos la cebolla y los ajos. Pele y pique los tomates. Despunte las judías verdes, lávelas, escúrralas y córtelas en trozos de unos 5cm. Lave el perejil, séquelo con papel de cocina absorbente y píquelo fino.
Rehogue la cebolla picada a fuego lento en una sartén con cuatro cucharadas de aceite durante 8 minutos. Añada los ajos y cueza durante 2 minutos más.
Agregue el tomate picado, el tomate frito y el perejil. Salpimiente e incorpore una pizca de azúcar. Cueza durante 2 minutos y vierta el agua. Tape y cueza a fuego lento durante 15 minutos.
Incorpore las judías verdes, tape de nuevo y déjelas cocer durante 20 minutos, hasta que estén bien tiernas. Sirva las judías calientes o templadas.
Receta extraída del libro Cocina Mediterránea en casa. Círculo de Lectores. 2010. Autores: Lourdes March y Lourdes Alcañiz.
¿Sabías que?
La versatilidad que define los alimentos de la cuenca mediterránea es tan grande que la cultura alimentaria que de ella se deriva se traduce en múltiples expresiones culinarias. Reflejo de esta diversidad es el plato de judías verdes rehogadas de origen sirio-libanés que hoy se propone. Precisamente son las verduras uno de los ingredientes más utilizados en ambas cocinas como base principal de los preparados sofisticados y exóticos que caracterizan el estilo árabe mediterráneo. Se podría decir que la gastronomía siria y libanesa ha heredado la sensualidad y exquisitez de los sabores árabes, junto con las bondades de la buena mesa mediterránea. De ahí la fama internacional contraída por la cocina libanesa, por su gusto exquisito y ostentoso que garantiza a su vez una dieta equilibrada y saludable.
La gran mayoría de los ingredientes utilizados por sirios y libaneses son fruto de las cosechas estacionales de unos territorios fecundos bañados por las aguas del Mar Mediterráneo. Incluso en el Líbano se ha creado una tierra de muy buenos vinos. El mosaico de etnias que ha originado tal mezcla de gustos y sentidos se debe al rico legado cultural que ha dejado una larga herencia transmitida por un periplo histórico de más de 3.200 años a manos de fenicios, turcos, y griegos, además de otras comunidades religiosas como árabes, cristianos y drusos.