Hoy es el Día Internacional de la Oposición a los Transgénicos 2024, una efeméride que acontece cada 8 de abril y que tiene por meta alertar a la población de todo el mundo acerca de los graves peligros que se esconden detrás del empleo de estos cultivos.
Como cada año hoy conmemoramos el Día Internacional de la Oposición a los Transgénicos 2024 y es importante saber porque los organismos modificados genéticamente, más conocidos como OMG o transgénicos, son realmente un peligro para todos los seres vivos del planeta.
Día Internacional de la Oposición a los Transgénicos 2024 ¿Por qué decir no a los OMG?
Son caros y propenden los monopolios
En el Día Internacional de la Oposición a los Transgénicos 2024 no podemos olvidar que la transgénesis y la mayoría de las biotecnologías modernas permiten registrar patentes sobre variedades vegetales. Esto significa que los OGM cultivados en nuestros campos, sus semillas y los productos alimenticios o ganaderos que de ellas provienen están cubiertos por patentes de gigantes de la agroindustria.
Esto permite a un puñado empresas agroquímicas patentar seres vivos y monopolizar la naturaleza, pero también deja en sus manos de intereses privados el monopolio de los alimentos, una tendencia que pone en peligro la soberanía alimentaria.
Para colmo, como las patentes son caras los productos que se derivan de ellas también lo son Y este sistema de ‘propiedad privada de las semillas’ implica importantes limitaciones a su cruzamiento, reproducción y reutilización, lo que perjudica especialmente a las pequeñas empresas semilleras y a los agricultores.
No pueden coexistir con los productos NO OMG
Es esencial que los agricultores puedan seguir produciendo sin OGM y ese es uno de los pilares del Día Internacional de la Oposición a los Transgénicos 2024. Esto es particularmente importante para los defensores de la agricultura orgánica, para quienes la contaminación puede llevar a la retirada de la certificación de alimentos ecológicos, prohibiendo las ventas con la etiqueta orgánica.
Pero el polen no puede limitarse en su expansión. Y varios programas científicos han demostrado que es imposible evitar los intercambios genéticos de una planta modificada genéticamente con plantas no modificadas genéticamente de la misma especie cultivada en la misma zona geográfica. Esto significa que cultivar maíz transgénico en una región impide que los productores orgánicos o convencionales garanticen que su agricultura esté libre de transgénicos.
Su imposición aumenta el uso de pesticidas
Hay cultivos OMG que son capaces de producir su propio insecticida para combatir determinada plaga que les afecta especialmente. Esto genera varios problemas. El primero es que los insectos objetivo pueden volverse resistentes a dicha toxina, por lo que con el tiempo su eficacia sería mínima.
Y el segundo es que, como la planta está produciendo continuamente este tipo de insecticida, los demás insectos que puedan comerla propagan la sustancia por todo el entorno, contaminando el ecosistema completo. En la agricultura ecológica, al no basarse en los monocultivos y evitar los agroquímicos, este problema no existe. Por eso en el Día Internacional de la Oposición a los Transgénicos 2024 decimos NO a los OMG.
Son los culpables de las supermalezas
Está más que demostrada la existencia de “supermalezas”, creadas mediante el cruce de plantas transgénicas resistentes a herbicidas y plantas silvestres de la misma familia. Esto es algo que debemos recordar en el Día Internacional de la Oposición a los Transgénicos 2024. Estos nuevos especímenes se hacen resistentes a los herbicidas comunes, por lo que las grandes corporaciones optan por emplear productos químicos cada vez más fuertes y peligrosos para controlarlas.
No solucionarán el problema del hambre en el mundo ni la crisis energética y medioambiental
Estos son dos de los mayores argumentos que se esgrimen para justificar los OMG, pero la realidad es muy diferente. Unos productos que generan sus propios insecticidas no pueden ser saludables para ningún ser viviente, humanos incluidos.
Por otro lado, como ya ha quedado demostrado, no solo son caros, sino que están en manos privadas que tienen como único fin la obtención de cuantiosos beneficios. Esta realidad es completamente incompatible con la idea de acabar con el hambre en el mundo.
En cuanto a la crisis energética y del medio ambiente, está claro que los biocombustibles no son los sustitutos ideales de los combustibles fósiles, puesto que, como estos, generan ingentes cantidades de CO2 cuando combustionan. Por todas estas razones, mientras estos productos no se prohíban en el mundo entero, seguirá habiendo necesidad de conmemorar el Día Internacional de la Oposición a los Transgénicos 2024.