Los alimentos ecológicos no son una moda, si bien se conocen más que antes. A partir de los años 60, la industria agroalimentaria ha dado un vuelco. Y ha ido evolucionando hasta el punto de que hoy, los consumidores exigen alimentos ecológicos. Porque son los que les aseguran una mayor calidad de vida.
El problema estriba en que el greenwashing o ecopostureo está a la orden del día, con este y con otros miles de temas y existen infinidad de ‘trucos’ para hacernos creer que un alimento es Bio, orgánico, ecológico, natural o verde, cuando en realidad no lo es.
Este decálogo nos permite diferenciar entre aquellos productos que dicen que son alimentos ecológicos, empleando para ello clichés, buenas palabras, mucho marketing y publicidad y toda la gama posible de l color verde, de los que en realidad proceden de la agricultura ecológica, están fabricados siguiendo las normativas vigentes para este tipo de productos y cumplen con las certificaciones pertinentes.
Deben ser Naturales
Ten en cuenta que para que un alimento sea considerado ecológico tiene que provenir de cultivo o crianza auténticamente natural y orgánica. Y debe cumplir con las normativas que rigen su producción y las de las empresas que certificarán dicho origen.
No existen los alimentos ecológicos transgénicos
Toda la cadena de producción de los alimentos ecológicos debe estar exenta de productos modificados genéticamente. Las semillas deben ser orgánicas, la alimentación de animales debe ser ecológica y los productos y subproductos, no pueden contener ni emulsionantes, ni colorantes, ni otros derivados de origen OMG.
Cultivados o criados sin químicos
Tanto si el alimento ecológico es un fruto, una verdura o algún derivado cárnico, no puede haber tenido contacto con ningún tipo de producto de origen químico. Es decir, que no pueden tener trazas de antibióticos, herbicidas, hormonas de crecimiento, fungicidas o plaguicidas.
Fertilizados naturalmente
Esta es una realidad que debe tener muy presente. Ya que en la cadena de producción de un alimento ecológico no tienen cabida ni fertilizantes ni abonos químicos. En caso de ser necesario un abonado de la tierra, se debe recurrir a los que son naturales y/o al compost.
La alimentación debe ser natural
Cuando se habla de carne ecológica es fundamental que lo que comen los animales que van a producirla, sea también un alimento ecológico. Esto es básico para no correr riesgos de contaminación. No está permitido el consumo de pastos tratados químicamente o de piensos de origen industrial.
Los alimentos ecológicos deben proceder de ganadería extensiva
Para que la carne sea considerada un alimento ecológico es necesario seguir una serie de pautas que influirán en el desarrollo de los animales. Uno de ellos es que debe ser criado en la modalidad de ganadería extensiva. Esto implica que cada espécimen debe contar con unas condiciones de movimiento, alimentación y desarrollo, similares a las que tendría en libertad.
La ganadería debe tener trazabilidad
Desde el momento en el que se adquieren las semillas o cuando nace un animal que producirá alimentos ecológicos, se debe poder seguir el desarrollo de todo el proceso de forma exhaustiva. Con el fin de comprobar que el alimento final cumple con las características indicadas.
Deben cumplir controles sanitarios específicos
Para lograr que un alimento sea oficialmente declarado ecológico, deberá cumplir con todas las normas sanitarias generales, además de las particulares para este tipo de productos. de esta manera es cómo se obtienen las certificaciones pertinentes.
Poseen un etiquetado especial
Los productos europeos que sean considerados alimentos ecológicos llevan un distintivo: una hoja que está formada por estrellas. En España hay otra serie de sellos que indican el comité de control al que se hayan sometido los distintos productos.