El 29 de octubre de 2024 quedará grabado en la memoria colectiva de la Comunidad Valenciana como un día de devastación sin precedentes. Las inundaciones provocadas por la DANA causaron 228 muertes, cifra que superó las dos terceras partes de las víctimas mortales por inundaciones en Europa ese año.
Los daños económicos ascendieron a miles de millones de euros, afectando viviendas, infraestructuras, agricultura e industria. Miles de personas se quedaron sin hogares y las infraestructuras colapsaron.
Este evento no fue una simple catástrofe “natural”, sino el resultado de una compleja interacción entre factores climáticos, territoriales y errores humanos, según se detalla en el informe del Colegio Oficial de Biólogos de la Comunidad Valenciana conocido ayer.
A colación del mismo las víctimas y sobrevivientes de la DANA que asoló Valencia han hecho sentir su voz diciendo alto y claro que el cambio climático es una realidad que no se debe negar, porque el negacionismo MATA.
¿Qué relación hay entre la DANA y el negacionismo climático?
Las asociaciones de víctimas de la DANA del 29 de octubre han alertado este martes de que el negacionismo del cambio climático «mata» y han instado a las distintas administraciones a tener en cuenta esta cuestión a la hora de afrontar futuros fenómenos climáticos extremos.
Así lo han planteado durante el acto del Día Europeo de las Víctimas del Cambio Climático organizados por la Mancomunitat Intermunicipal de l’Horta Sud, el grupo de Embajadoras y Embajadores del Pacto por el Clima y el Comisionado del Gobierno para la reconstrucción, que analiza las consecuencias del cambio climático y de la DANA de octubre.
Durante el acto se ha pedido también que, más allá de la reconstrucción física de las zonas afectadas, se trabaje en la parte psicológica y emocional de las personas afectadas por esta catástrofe, y que se dejen de lado los «rifirrafes» políticos y el «señalarse con el dedo».
Abolir el negacionismo climático
La presidenta de la Asociación de Víctimas Mortales de la Dana, Rosa Álvarez, ha advertido de que el cambio climático «no es algo que vaya a venir, sino algo que tenemos aquí», y es necesario que se tenga en cuenta «a nivel político, pero también en las acciones cotidianas».
Ha destacado que el pasado 29 de octubre, Valencia vivió «el mayor desastre climático, que no natural, de Europa», pero también sufrió «una negligente gestión» por parte de sus responsables políticos, y ha abogado por luchar contra el cambio climático y también contra los políticos que lo niegan.
En la misma línea, la presidenta de la Asociación de Víctimas de la DANA 29 de octubre, Mariló Gradolí, ha asegurado que ese desastre que golpeó sus vidas «fue consecuencia del negacionismo del cambio climático» y ha alertado de que «el negacionismo climático mata».
Ha asegurado que las 228 víctimas mortales de esta DANA no murieron «solo por un fenómeno climático», sino por «una gestión irresponsable» y «unas políticas irresponsables que niegan la realidad del cambio climático y no impulsan políticas para reducir su impacto».
Frenar los efectos del cambio climático
Por su parte, Elisabeth González, representante de la Asociación de Damnificados por la DANA de l’Horta Sud, ha destacado que el cambio climático «no es un concepto abstracto; tiene rostro, nombre y memoria», y ha lamentado que a pesar de sus consecuencias, se siga construyendo en zonas inundables y desprotegiendo el territorio y a sus habitantes.
En este sentido, ha dicho que «la tragedia es también política» y ha reivindicado una serie de medidas a las administraciones para tratar de frenar los efectos del cambio climático y sus consecuencias, como prohibir la construcción en zonas inundables, eliminar barreras físicas al agua o mejorar y ampliar el sistema de acequias.
El comisionado del Gobierno para la reconstrucción, José María Ángel, ha pedido a los políticos alejarse de la autocomplacencia y hacer autocrítica. «No podemos pensar que todo lo que hacemos está bien», ha dicho, y ha instado a dejar los «rifirrafes» y a no estar siempre «señalándose con el dedo».
Juan Medina, quien ha intervenido en nombre de las embajadoras y embajadores del Pacto por el Clima, ha defendido que «la evidencia científica debe guiar la acción política«, al tiempo que ha destacado que más allá de las pérdidas físicas y materiales, las personas afectadas han vivido «un impacto emocional profundo» que necesita «respuesta y justicia». EFE / ECOticias.com