COP30: los altos precios del alojamiento y la falta de infraestructuras en Belém pasan factura

Publicado el: 7 de noviembre de 2025 a las 07:16
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COP30: los altos precios del alojamiento y la falta de infraestructuras en Belém pasan factura

La COP30, la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se celebrará en Belém do Pará (Brasil) en 2025.

Aunque la elección de esta ciudad amazónica simboliza un compromiso con la protección de la selva y con la inclusión de las comunidades locales en la agenda climática global, la preparación para el evento ha puesto de manifiesto graves deficiencias en infraestructura y alojamiento que amenazan con empañar su desarrollo.



Belém, con una población cercana a los 1,5 millones de habitantes, no cuenta con la capacidad hotelera necesaria para recibir a las más de 50.000 personas que se espera asistan. Muchos residentes han comenzado a ofrecer sus viviendas a precios desorbitados, lo que ha generado críticas por parte de organizaciones y medios locales.

COP30: el caso del alojamiento, los precios desorbitados e infraestructuras a medio terminar

La elección como sede de la COP30 de Belém, una ciudad amazónica con profundas carencias en infraestructura y hoteles, generará un quorum ajustado que puede complicar las negociaciones en la conferencia climática.



Belém, capital del estado de Pará, tiene una población de unos 1,3 millones de habitantes. Aproximadamente seis de cada diez viven en favelas o viviendas informales. Ninguna otra capital regional de Brasil alcanza esa proporción.

La preparación para el evento ha puesto de manifiesto graves deficiencias en infraestructura y alojamiento que amenazan con empañar su desarrollo.

La falta de saneamiento básico en algunas zonas es palpable en la principal puerta de entrada a la Amazonía.

En este contexto, la ciudad espera recibir a unos 40.000 asistentes para la cumbre climática de la ONU, que empezará oficialmente el día 10, aunque antes se reunirán los líderes mundiales.

La preparación ha sido una odisea. A los problemas logísticos, que las autoridades han querido aplacar con obras de infraestructura apresuradas, se sumó un movimiento especulativo en el alojamiento, ya de por sí escaso para este tipo de eventos.

Precios desorbitados y un amago de motín

Los precios de hoteles y apartamentos de alquiler se dispararon a cotas inimaginables. En la plataforma ‘Booking’, todavía hay ofertas de casas que superan los 70.000 reales (13.000 dólares) para los doce días programados para la COP30.

La preocupación internacional fue creciendo a medida que se acercaba la cita. Hubo reuniones acaloradas entre las delegaciones internacionales e incluso un grupo de países africanos solicitó un cambio de sede.

En otro frente, el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva contrató dos cruceros para aumentar la oferta y buscó negociar con el sector hotelero de Pará en busca de una solución, pero las conversaciones no llegaron a buen puerto.

El presidente de la Asociación Brasileña de la Industria Hotelera en Pará, Antônio Santiago, denunció que el Ejecutivo «comenzó las reuniones amenazando a todo el mundo».

Según él, los emisarios de la administración, entre ellos el ministro de la Presidencia, Rui Costa, amenazaron a los propietarios con «intervenir» sus hoteles si no bajaban los precios, además de pedirles «cientos de documentos confidenciales» del último lustro sobre «facturación y precio medio de los cuartos».

Roto el diálogo, el Gobierno de Pará, presidido por Helder Barbalho, aliado de Lula, tuvo que hacer de mediador y, al final, los hoteleros cedieron 560 apartamentos a 100 dólares la noche para las delegaciones de países más carentes.

«Si no hubiera sido por la acción directa del Gobierno de Pará, el evento habría tenido muchos problemas para salir adelante», subraya Santiago, quien considera que «no es necesario que vengan 300 delegados de un país para discutir el clima».

Delegaciones menores, más dificultades

De hecho, fuentes de organizaciones ecologistas afirmaron que este año las delegaciones serán menores por todas esas dificultades, lo que puede «obstaculizar» el desarrollo de las negociaciones.

Esto se debe a que muchas reuniones ocurren simultáneamente. Así, un país con apenas un representante podría verse obligado a salir de una mesa de negociación y, en consecuencia, suspenderla para acudir a otra más importante en función de sus intereses.

Por otro lado, una fuente de la delegación de un importante país asiático manifestó su decepción con el estado del alojamiento que ha reservado para la COP30, lo que también puede afectar al ánimo de la comitiva.

Por el momento, según datos oficiales, unos 170 países ya están registrados, un número que, aunque ajustado, es suficiente para tener quorum, imprescindible para la validez de los acuerdos.

Fuentes de organizaciones ecologistas afirmaron que este año las delegaciones serán menores por todas esas dificultades, lo que puede «obstaculizar» el desarrollo de las negociaciones.

Con todo, la ocupación hotelera a una semana de la cumbre no llega al 90 %, explica Antônio Santiago.

«Los hoteles que subieron mucho los precios se quedaron sin huéspedes y están bajando los precios», sostiene el empresario, quien confía en que se alcanzará el 100 % de ocupación en los próximos días.

A una semana tampoco estaban completamente listos todos los espacios del Parque da Cidade, donde se celebrará la COP30, y algunas obras en la ciudad no habían terminado a tiempo.

Otras ya están operativas, como la ampliación del aeropuerto, un nuevo terminal portuario y algunas mejoras en el sistema de transporte urbano. Belém también luce más limpia, según indicaron algunos de sus vecinos, que temen que todo vuelva a la normalidad cuando finalicen las discusiones sobre el futuro del planeta.

La COP30 representa una oportunidad histórica para mostrar al mundo el papel crucial de la Amazonía en la lucha contra el cambio climático.

Sin embargo, el éxito del evento dependerá no solo de los acuerdos ambientales alcanzados, sino también de la capacidad de Belém para acoger dignamente a los participantes y demostrar que el desarrollo sostenible también implica planificación urbana y equidad social. Seguir leyendo en EFE / ECOticias.com