El calentamiento global por exceso de emisiones de GEI tiene muchas consecuencias, entre ellas la subida de las temperaturas, lo que provoca olas de calor que a su vez son causantes de los golpes de calor y que pueden resultar mortales.
Los expertos explican que hay personas que son más vulnerables que otras a los golpes de calor, entre ellos destacan a los mayores de 65 años, los niños, las mujeres embarazadas, los trabajadores al aire libre y quienes estén en situación de pobreza energética.
Tenemos que estar atentos ante las olas de calor
La segunda ola de calor del verano sigue abrasando España. El episodio ya se ha cobrado una víctima mortal directa, un hombre de 85 años en Badajoz, pero, aunque el foco a la hora de hablar de prevención se centra habitualmente en las personas mayores, una de las franjas más vulnerables, nadie está a salvo de sufrir un golpe de calor.
«Todos somos vulnerables. En cualquier momento», señala Laura Carbajo, médica de familia en Huelva y miembro de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). Recuerda, por ejemplo, un caso que atendió recientemente en urgencias. Un hombre de mediana edad sufrió un golpe de calor tras sufrir una avería en la carretera y verse expuesto al sol «un par de horas», hasta que llegó la grúa. Fue el encargado de llevarse el coche quien advirtió que el hombre «estaba obnubilado y hablaba raro» y llamó a emergencias.
Con los termómetros rondando o superando los 40 grados, como ocurre estos días, el hecho de exponerse un periodo de tiempo determinado a las altas temperaturas ya hace dispararse el riesgo. «Pensamos que solamente sufres un golpe de calor si estás expuesto directamente al sol. Y eso no es así, con estar expuesto a las temperaturas altas es suficiente», apunta la presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Pilar Rodríguez.
Corren riesgo, por ejemplo, quienes viven en «casas que no están suficientemente bien aclimatadas», apunta Carbajo. El tiempo de exposición tras el cual se puede sufrir esta afectación dependerá de las características de cada persona, pero tampoco se libran quienes estén sanos. Entre ellos, los que practican ejercicio intenso en las horas de más calor.
Los mayores de 65 son los más vulnerabes
Los más vulnerables al calor son, entre otros, los mayores de 65 años, los menores de cuatro años, las mujeres embarazadas, enfermos crónicos o pacientes de enfermedades neurodegenerativas. El problema para los mayores es que con la edad el organismo va perdiendo la capacidad de alertar al cuerpo de que tiene que beber, algo que también ocurre con medicamentos que toman comúnmente estas personas como los que se usan contra la hipertensión.
Por ello, es importante que haya alguien con ellos comprobando que beban agua regularmente. Una manera sencilla y eficaz es que la persona mayor tenga una botella para él o para ella exclusivamente, y comprobar a lo largo del día si realmente está bebiendo, propone esta doctora.
En todo caso, insiste en que «no hace falta estar en edades extremas de la vida para tener ese golpe de calor«. Entre los fallecidos este verano por esta causa hay dos personas de 52 y 53 años en Alicante y Castellón, respectivamente, o una trabajadora de la limpieza de Barcelona de 51 años, que murió tras desarrollar su jornada una tarde en plena ola de calor.
Jornada laboral que evite horas pico
El Gobierno aprobó un decreto en 2023 que planteaba medidas de protección para estos trabajadores. Esta medida obliga a que, si la Aemet emite un aviso naranja o rojo por altas temperaturas, la empresa tenga que modificar las condiciones de su empleado, reduciendo si hace falta su horario o suspendiendo la jornada.
Carbajo no tiene que irse muy lejos para comprobar cómo los trabajadores adaptan su jornada al calor. En la Sierra de Huelva, donde reside, sale a pasear a las 7 de la mañana, aprovechando el frescor de esa hora, y ve cómo a esa hora muchos agricultores y ganaderos llevan ya un buen rato trabajando.
«En el momento en que ya se puede ver algo, cuando hay un poco de luz, ya están haciendo las labores del campo y máximo a las 12.30 o 13.00 ya están volviendo. Están muy concienciados de que a esas horas centrales no se puede trabajar a pleno sol y luego vuelven a la tarea al final de la tarde y aprovechan las últimas horas de sol», ejemplifica.
A medida que las temperaturas siguen subiendo y las olas de calor sean más largas e intensas por el cambio climático, extender este tipo de actuaciones será crucial para proteger a la población, insisten los expertos.
En realidad nadie esta a salvo de los golpes de calor, puesto que, si en un descuido no nos hidratamos correctamente o nos exponemos al sol en momentos de mayor incidencia, cualquier persona puede sufrir un golpe de calor. ECOticias.com