El CO2 suele asociarse con noticias negativas como la preocupación por el agujero. Sin embargo, ahora se ha descubierto que el monstruo de la atmósfera puede hasta darnos de comer. El dióxido de carbono, también conocido como anhídrido carbónico, reside en la atmósfera y juega un papel más trascendente que otros gases.
El dióxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y compuesto por oxígeno y carbono. Sus emisiones son una de las principales causas del calentamiento global, un problema generado por la actividad humana y agravado por la pervivencia de CO2 en la atmósfera. Aunque se le adjudica el mal que acecha la Tierra, el dióxido de carbono no es tóxico ni nocivo para la salud humana, pero tampoco es útil para la respiración.
El problema radica en altas concentraciones de este gas en el aire interior, que producen una sensación poco confortable debido a que ocasiona un desplazamiento del oxígeno del aire y hace que la respiración sea más complicada. Con esta mala fama, ¿cómo es posible que ahora se lo conecte con nuestra alimentación?
El CO2 produce alimentos: lo nunca visto
En este contexto, aparece algo que nunca esperamos ver, la primera fábrica del mundo que produce alimentos del aire. La sostenibilidad en la producción alimenticia ha generado un salto revolucionario con el lanzamiento de la primera fábrica de proteína aérea del mundo, situada cerca de Helsinki, Finlandia.
La compañía detrás de esta proeza es Solar Foods, una insignia que redefine lo que el mundo entiende por agricultura sustentable con Solein, su producto estrella, una proteína que tiene su origen en el aire.
En un esfuerzo por satisfacer las necesidades de una población mundial que no para de crecer, la industria alimentaria ha explorado diferentes alternativas sostenibles. Mientras algunas empresas están enfocadas en proteínas basadas en plantas como legumbres y frijoles, otras han avanzado hacia la carne cultivada en laboratorios, algo similar a lo que sucede con la fermentación de la cerveza.
Solein se cultiva a partir de CO2 y microorganismos a través de un proceso que podemos comparar con la vinificación. Comienza con el uso de un microorganismo que, alimentado por CO2, pasa a ser un polvo amarillo nutritivo. Hablamos de un polvo versátil, que ha usado productos alimenticios de edición limitada, como barras de snacks y helado de chocolate potenciados por Solein.
Solar Food planea una expansión
Con una increíble capacidad de producción de hasta 160 toneladas en su nueva fábrica, la firma tiene en mente una expansión para que en un futuro cercano sea posible comprar su producto en los supermercados locales.
Este concepto se llama agricultura celular, ya que es posible la creación de proteínas en un entorno de fábrica sin el sacrificio de animales. Muchos la consideran como una solución de oro para enfrentar la demanda, a veces insostenible, de carne y la huella de carbono que eso deja. La nueva fábrica de Solar Foods puede generar a diario una cantidad de proteína Solein que equivale a la que generaría una granja lechera con 300 vacas.
Ventajas de los alimentos creados con CO2
- Sostenibilidad. Es un producto generado de forma completamente independiente de la agricultura tradicional, lo que quiere decir que disminuye la demanda de recursos y el estrés ambiental.
- Versatilidad. Puede mezclarse con una amplia gama de ingredientes tradicionales.
- Eficiencia. Ofrece una capacidad de producción continua y sostenible, incluso bajo las condiciones climáticas adversas dadas en el norte de Finlandia.
Solar Foods ya ha comenzado su expansión global, dando sus primeros pasos por Singapur, el primer mercado que ha aprobado a nivel regular a Solein. En definitiva, hay una gran expectativa sobre los primeros alimentos que se cultivan con CO2. Mientras tanto, en otras partes del mundo, la reducción de emisiones de CO2 es un tema de debate.