La descarbonización del transporte aéreo es uno de los mayores retos de la transición energética. La aviación representa alrededor del 2 al 3% de las emisiones globales de CO₂, y su demanda continúa creciendo, lo que hace urgente encontrar soluciones viables.
Entre las alternativas tecnológicas disponibles, los combustibles sostenibles de aviación se posicionan como la opción más inmediata y realista para reducir la huella de carbono del sector. Su principal ventaja es que pueden integrarse en la infraestructura actual sin necesidad de rediseñar los motores de los aviones ni modificar de forma radical la logística de suministro.
El futuro del sector aéreo pasa por los SAF
Los SAF (combustibles sostenibles para la aviación) son el «vector principal» por el que se debe apostar para contribuir a descarbonizar el transporte aéreo, según ha indicado este miércoles David Benito Astudillo, director general de Aviación Civil del Ministerio de Transportes y Movilidad sostenible. Benito ha intervenido en una Jornada sobre la sostenibilidad del sector en España en el congreso de los diputados, convocada a petición de Ecologistas en Acción, Eco-unión, la Federación de Consumidores y Usuarios CECU, la Fundación Renovables, Greenpeace y Transport & Environment.
Durante su ponencia, ha remarcado que la aviación es un «sector estratégico» que atraviesa actualmente «un momento crucial» y ha alertado de que el futuro del transporte aéreo en los próximos años estará determinado por «tres vectores»: la sostenibilidad, la digitalización y la inclusión. De ellos, «el reto más complejo es el de la sostenibilidad y, particularmente, la descarbonización del sector» a fin de contribuir al cumplimiento de los objetivos climáticos a los que se ha comprometido España: llegar a un sector de emisiones netas o cero en 2050.
«Nosotros queremos llegar a 2050 sin emisiones netas, con lo cual no sé si seríamos parte de la solución pero, al menos, ya dejaríamos de ser parte del problema», ha dicho. A la hora de detallar la complejidad de descarbonizar el sector, ha detectado «tres grandes ejes en los que hay que trabajar«: las mejoras tecnológicas, las operacionales y el uso de los combustibles sostenibles de aviación (SAF), siendo estos últimos, según ha matizado, «la medida que quizá puede llevar a descarbonizar en una mayor proporción».
«En principio, estos serían los ejes por los que apostaríamos más claramente y de estos, creemos que el más importante o el que debe recibir ahora mayor peso es el del uso de los combustibles sostenibles de aviación (SAF)», ha enfatizado.
Los SAF cuentan con «cualidades idénticas al combustible actual que utilizan los aviones, por lo que se puede mezclar directamente y tienen un potencial de reemplazo inmediato. No hay que hacer nada, no hay que hacer nuevas infraestructura, no hay que hacer nuevos aviones, nuevos motores». Otra de sus ventajas es que su origen no es fósil, con lo cual no se introduce en la atmósfera nuevo carbono extraído «y estaríamos reciclando el que ya hay».
El potencial estimado de esos combustibles de «reducción de las emisiones en el ciclo neto de entre un 80 y un 100 por cien, dependiendo de la vía utilizada para fabricarlo» es otro de los puntos destacados. Benito ha lamentado que por ahora existe un problema de «disponibilidad» con respeto a los SAF, ya que «la cantidad de combustible que ahora mismo se produce de este tipo es irrisoria», además de su elevado precio.
«Escalar esta producción para que realmente no solo se haya más SAF, sino que encima baje el precio, requerirá de inversiones multimillonarias en las próximas décadas y también probablemente algún tipo de incentivos o garantías por parte de los Estados», ha advertido.
Por su parte, Pablo Muñoz Nieto, coordinador del Área de Movilidad Sostenible de Ecologistas en Acción y representante de las entidades convocantes, se ha referido al impacto «ambiental, social y económico» del transporte aéreo para remarcar la importancia de llevar a cabo este debate «en víspera de la posible aprobación de la ley de movilidad sostenible, que contiene una disposición para la elaboración de un plan para los la sostenibilidad del transporte aéreo».
En este sentido ha dicho que es «muy importante abordar la elaboración de ese plan de una manera participada por el conjunto de la sociedad; de una manera realista, sabiendo cuáles son las posibles soluciones y definiendo con claridad qué hoja de ruta necesitamos en España para hacerlo».
En definitiva, el impulso a los combustibles sostenibles es un paso indispensable para lograr una aviación más limpia, competitiva y alineada con los objetivos de descarbonización global. Y es que, permiten una reducción de hasta el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de su ciclo de vida en comparación con el queroseno fósil. EFE / ECOticias.com