Pese al escándalo ocasionado por el colapso de las autopistas con peajes, España fue el único país del mundo en sentar un precedente en 2024. Las emisiones totales de CO2, que abarcan las emisiones fósiles y las derivadas del cambio de uso del suelo, llegaron a los 41.600 millones de toneladas el año pasado, un nuevo récord que refleja que el planeta Tierra todavía no ha llegado al pico de contaminación.
El informe Global Carbon Budget 2024 recopila datos sobre las tasas de reforestación y el empleo de los combustibles fósiles en el mundo. Además, mide las emisiones de CO2 y la capacidad de los sumideros naturales (plantas y océanos) para capturarlas, lo que deriva en un concepto global del presente ciclo del carbono.
Los números, compendiados por 119 científicos de 86 organizaciones de 19 países, se publicaron en 2024 en la revista Earth System Science Data. La publicación coincidió con el principio de la Cumbre del Clima de Bakú (COP29).
Science Media Centre España organizó una sesión informativa en la que el director ejecutivo del Global Carbon Project e investigador jefe del Centro de Ciencias del Clima CSIRO en Canberra (Australia), Pep Canadell, expuso que, a pesar del ascenso de las energías limpias, el progreso del gas natural y el petróleo ha vuelto a fomentar las emisiones de CO2 fósiles que ascendieron a los 37.400 millones de toneladas en 2024, 0,8% más que en 2023.
España hizo historia en 2024: fue el único país en lograr esto
Las emisiones de CO2 se dispararon en todo el mundo el año pasado, exceptuando España y la Unión Europea. Según advierten los autores del estudio, “a pesar del progreso de las energías limpias, el aumento del uso de gas natural y petróleo hace que las emisiones asciendan”.
Un escenario parecido al que vislumbra el carbón. Global Carbon Budget alerta de que este incremento en 2024 se agrega al ascenso del 1,4% en 2023, algo que “retrasa aún más el pico en las emisiones globales esperado y necesario”.
La opinión de los expertos es que ese punto álgido será el momento de caos previo al inicio de la calma. Traducido esto significa que se alcanzarán las máximas de contaminación acumulada y después empezarán a bajar para contemplar las verdaderas consecuencias de la descarbonización. La investigación recoge que las emisiones mundiales de CO2 provenientes del cambio en el uso de la Tierra continúan siendo altas.
Según las proyecciones a fines del año pasado, 2024 terminó con 4,2 gigatoneladas de dióxido de carbono (GtCO2), pese a que “han disminuido cada década desde los años noventa y en particular en el decenio anterior”.
Aunque hace una década que experimentan números similares. Todo este espectro desemboca en que las emisiones totales de CO2 resultantes de la suma de las emisiones de los combustibles fósiles y de la transformación en el empleo de la tierra, se han “estancado en la última década”.
La previsión lanzada por el informe fue que llegaron a los 41,6 GtCO2 en 2024. El informe registra que, entre 2014 y 2023, se genera un “fuerte crecimiento en las emisiones totales del 2% anual en promedio”.
España logró lo que muchos creían imposible: es el único país en conseguir esto en 2024
En España, pese a que el pico más bajo de emisiones se dio durante el confinamiento ocasionado por la pandemia del COVID-19, la tendencia ha seguido a la baja. Los gráficos del informe muestran un decrecimiento total de un 1,6% en comparación con el año 2023, en el caso del petróleo, y del 10% en gas, además de un 24,2% en carbón.
Solo las emisiones de CO2 creadas por la fabricación de cemento se encuentran al alza, ya que han subido en un 2,8%. En su totalidad, en España, las emisiones generadas por la quema de combustibles fósiles llegan al equivalente a 221,6 toneladas métricas de CO2. Esto significa un 5,6% menos que el año anterior.
2024 fue un año determinante para España y no solo por su registro de emisiones. También por este volcán que ha vuelto a rugir: algo se está moviendo en su interior.