Japón corre el peligro de ver colapsar su industria de hidrógeno. El rival es otro motor de combustión inédito. El motor experimental de Toyota consiguió convulsionar el sector, un escenario que se repite con este modelo revolucionario. La aparición de estas piezas tan impactantes e innovadoras llega como respuesta a la necesidad de desprendernos poco a poco de la dependencia a los combustibles fósiles.
Estos son los responsables de gran parte de las emisiones de CO2 y cambio climático. Los estudios sobre el cambio climático y las evidencias obtenidas muestran cómo estas emisiones están alternando el escenario global. La actividad vinculada a ellos tiene una incidencia clave y notable en el medio ambiente. Según Foster y Elzinga, el 80% de la demanda de energía del mundo logra cubrirse por medio de los fósiles.
No obstante, este sistema genérico produce dos tercios de las emisiones globales de CO2. Si conserváramos la proporción actual de combustibles fósiles y duplicáramos la demanda para el año 2050, las emisiones superarían el límite de carbono que puede emitirse de forma sostenible. Un escenario catastrófico que lleva al ser humano a buscar alternativas al uso de los combustibles fósiles para bajar los impactos negativos que generan.
Japón corre el peligro de colapsar su industria de hidrógeno: se enfrenta a un motor rival potente
Japón se ha encargado de dejar claro que el hidrógeno es su principal apuesta. Sin embargo, hay una empresa que está muy cerca de arrebatarle el reinado con un motor revolucionario: el motor H2 Starfire. Llega de la mano de la compañía Astron Aerospace. Es un innovador motor de combustión caracterizado por una alta eficiencia y cero emisiones contaminantes, lo que podría ser una amenaza potente para sus oponentes en el mercado, incluso para el popular vehículo eléctrico.
H2 Starfire usa hidrógeno como combustible, pero con una diferencia importante respecto a otros motores: no emite óxidos de nitrógeno (NOx), gases perjudiciales para el medio ambiente y la salud de los seres humanos. Los ingenieros que están detrás de este modelo han conseguido evitar la producción de estos contaminantes manteniendo la temperatura de combustión por debajo de los 1.300ºC, el umbral donde los NOx se forman.
Además de ser una pieza limpia, este motor tiene la capacidad de convertir el hidrógeno en energía altamente eficiente. Según Astron Aerospace, el H2 Starfire ostenta una eficiencia térmica del 60%. Un número considerablemente llamativo, ya que supera con gran ventaja a los motores de combustión interna convencionales, con un rendimiento entre el 20 y el 40%.
El H2 Starfire toma un diseño rotativo que sustituye los pistones tradicionales por dos ejes que giran en direcciones opuestas. Esta disposición baja la fricción y elimina la recurrencia a complejos sistemas de sellado, como los que se utilizan en motores rotativos tradicionales. Los materiales de alta calidad, como el titanio y recubrimientos cerámicos, aseguran la durabilidad y el rendimiento del motor ante condiciones extremas.
La proliferación del hidrógeno en Japón se ve amenazada por la ascensión de este motor
Este diseño prescinde de un sistema de refrigeración por agua, bajando el peso y la complejidad del motor. No disipa grandes cantidades de motor, como sucede en los motores de combustión convencionales. El H2 Starfire realiza su función de una forma más eficiente, con menos pérdidas energéticas.
El funcionamiento del modelo H2 Starfire es destacable, nunca se ha visto algo parecido. El aire se comprime en la parte frontal del motor, donde se mezcla con H. Esta mezcla después es desplazada a la parte trasera, donde una chispa genera la combustión. El proceso produce una energía que mueve los ejes del motor, generando únicamente vapor de agua como subproducto. Esta operación no solo es limpia, también es altamente eficiente en términos de energía.
En definitiva, Japón ve peligrar el avance de su industria de hidrógeno con la aparición de un motor de combustión rival e inédito que podría quitarle protagonismo. Una batalla que también tendrá que lidiar con Corea, que destroza su motor de hidrógeno con un modelo que dispara la eficiencia.