La adicción del transporte al petróleo. Los gobiernos europeos llevan meses intentando hacer frente a la espiral de precios de la energía, debatiendo sobre las importaciones de gas fósil, sobre su almacenamiento, los topes de precios y la reducción de la demanda de electricidad.
Pero la respuesta europea a la crisis energética tiene un enorme punto ciego: el sector del transporte, que es el que más petróleo usa. A partir de este 5 de diciembre, la UE comienza un embargo sobre el petróleo ruso que debería obligar a los gobiernos a replantearse sus políticas de transporte.
Alrededor del 70% de todo el petróleo que se utiliza en la UE se destina al transporte, sobre todo coches, camiones y aviones (el resto se utiliza principalmente para la calefacción). Además, el transporte es el segundo gasto más importante de los hogares, después de la vivienda, y es el sector que más contribuye al cambio climático, con el 29,3 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de España.
Antes de la invasión rusa de Ucrania, la UE importaba más de una cuarta parte de su petróleo de Rusia. Pero el 5 de diciembre entrará en vigor un embargo de la UE sobre el crudo ruso que viaja por mar (las importaciones por oleoducto continuarán). Y el 5 de febrero la UE iniciará un segundo embargo sobre la gasolina refinada y el gasóleo de Rusia. Además, se está negociando un tope de precios al petróleo ruso, que ya han acordado los países del G7. La adicción del transporte al petróleo.
Medidas urgentes
Una vez que estas medidas entren en vigor, se producirá una importante reducción del suministro de petróleo disponible en Europa. “A menos que los gobiernos tomen medidas urgentes para reducir también la demanda. Los precios subirán, afectando al bolsillo de las familias que dependen del coche en su día a día, y más negativamente a las que el coste de la vida ya tiene ahogadas”, avisa Thomas Gelin, Campaigner de movilidad de Greenpeace en la UE.
Hay muchas medidas que los gobiernos nacionales, regionales y locales pueden tomar. Es importante reformar por completo el sistema de transporte, cambiando el urbanismo de pueblos y ciudades. Mejorando el transporte público, fomentando el tren frente a la carretera, eliminando los coches de gasolina y diésel, y tomando otras medidas a medio y largo plazo. Pero a la vez, se pueden tomar medidas a corto plazo, y Greenpeace ha calculado que estas medidas pueden reducir el consumo total de petróleo en toda la UE casi un 10%.
Esta reducción de la demanda ayudaría a reducir el precio de la gasolina, y además tiene también evidentes beneficios para el clima, ya que permitiría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE en 180 millones de toneladas anuales (las emisiones de 120 millones de coches). La adicción del transporte al petróleo.
Propuestas de Greenpeace
Días sin coche
Algunas ciudades tienen un domingo al año sin coches, y esos días la calidad del aire mejora de forma clara. La adopción de días sin coches en todo el país, y hacerlo cada mes o cada semana, supondría una reducción significativa del consumo de petróleo y puede tener el apoyo de la ciudadanía. Por ejemplo, una encuesta en Bruselas mostró que el 58% estaba a favor de un día a la semana sin coches. Dinamarca, los Países Bajos y Suiza ya tuvieron domingos sin coches todas las semanas durante los peores meses de la crisis del petróleo de los años 70.
Teletrabajo
La pandemia ha demostrado que muchos trabajos no requieren una presencia física constante en el lugar de trabajo. Más días de trabajo desde casa significan menos desplazamientos, menos petróleo quemado, y menos CO₂ por lo que es algo que los gobiernos deben considerar como una medida de emergencia.
Reducir los límites de velocidad
Conducir a altas velocidades consume mucho más combustible. La reducción de los límites de velocidad, además de ahorrar enormes cantidades de combustible, también aporta muchas otras ventajas, como reducir las emisiones, reducir el ruido, reducir los accidentes y reducir la contaminación tan perjudicial para la salud. Por ejemplo, un estudio del gobierno galés sobre nuevos límites de velocidad más bajos en zonas residenciales calculó que ahorrará a su sistema de salud 100 millones de libras al año.
Billetes climáticos
En los trenes y el transporte público. La gente necesita ayuda y estímulos para utilizar las alternativas al transporte privado por carretera, especialmente en zonas rurales y desfavorecidas. La medida que ha tomado el gobierno este año para fomentar el uso del transporte público, reduciendo el coste de los billetes, a lo que se han sumado algunas comunidades y ayuntamientos, debe extenderse en el tiempo, además de aumentar de forma clara la inversión en transporte público para hacerlo más fiable, rápido y accesible.
Prohibición de los vuelos de corta distancia
La aviación quema mucho petróleo por pasajero y kilómetro, y es una de las fuentes de gases de efecto invernadero más importantes. Por suerte, un tercio de las rutas aéreas más transitadas de la UE ya tienen alternativas de tren de menos de seis horas. Se trata de rutas que podrían transferirse fácilmente del avión al ferrocarril, reduciendo el uso de petróleo. La prohibición de los vuelos de corta distancia, cuando existen alternativas razonables, será un gran paso para frenar el derroche de combustible.
Cambios temporales y graduales en la infraestructura viaria
Los últimos años han visto diferentes iniciativas de cambios en la infraestructura viaria de pueblos y ciudades que se pueden tomar de forma rápida y con bajo coste. Sirven, por ejemplo, para reducir el espacio de los vehículos privados y fomentar la peatonalización, los carriles bici o el transporte público. Son medidas temporales que sirven para evaluar las consecuencias, y para comenzar cambios en la movilidad que puedan hacerse permanentes de forma gradual.
La UE debe reaccionar
Estas son solo algunas de las medidas de emergencia a corto plazo que la UE, los gobiernos nacionales, regionales y locales deben poner en marcha sin necesidad de grandes inversiones en infraestructuras, y empezar a atajar el desmesurado uso de petróleo actual.
Los gobiernos deben dejar de ignorar el importante ahorro de petróleo que podría conseguirse en los próximos meses en el sector del transporte, además de empezar a poner en marcha los cambios a largo plazo que nos facilitarán dejar de depender del petróleo para siempre. La adicción del transporte al petróleo.