A mediados de octubre de este año, un grupo de ecologistas peruanos pertenecientes a la organización ORCA liberaron en una reserva de fauna acuática, a varios leones marinos huérfanos que habían sido recuperados en las costas del país, tras haber perdido a sus madres en diferentes circunstancias.
Nueve pequeños que ya se habían recuperado en el Centro de Acogida que tiene la Organización Científica de Conservación de Animales Acuáticos en Perú, fueron liberados recientemente en las costas de El Callao, más específicamente en las islas Palomino.
Los problemas de la pesca
Cada uno de los leones recuperados había sido encontrado en las riberas limeñas tras perder a sus madres, se cree que por haber fallecido víctimas de la pesca excesiva que se permite en los lugares donde viven estos mamíferos acuáticos. Esta actividad frenética trae varias consecuencias para estos animales, que por su tamaño y costumbre son muy vulnerables a los cambios.
Muchos sufren una lenta muerte por ahogamiento cuando quedan atrapados por las redes, otros, por culpa del descenso en la cantidad de peces que son su alimento principal, se ven obligados a adentrarse en el mar en busca de comida, más allá de los limites naturales y seguros para ellos. También les afecta la contaminación del agua cercana a sus lugares de cría.
Segunda oportunidad
Los huérfanos tienen aproximadamente siete meses y fueron recogidos de las costas de la capital de Perú, vagando desorientados y algunos de ellos en muy malas condiciones de salud (desnutrición y heridas).
Una vez en el centro fueron atendidos por los voluntarios que los amamantados con biberón y los cuidaron durante varios meses bajo supervisión veterinaria continua, tratando de evitar generar lazos de dependencia, para asegurarse que no se acostumbraran al ser humano, hasta que llegaron a la edad y el peso adecuados para poder ser liberados.
Este hecho se produjo en las aguas de la isla Palomino donde existe una reserva de fauna marina en la cual viven cientos de leones marinos, con el fin de que los pequeños tengan la oportunidad de convivir con los de su especie y disfruten de una vida normal en libertad.
Los activistas llevaron por vía marítima a los cachorros en trasportines y fueron liberándolos uno a uno en las aguas de la isla, comprobando que se movían con soltura y que se acercaban a otros leones marinos de su edad con quienes se les vio perderse entre las aguas.
Los integrantes de ORCA esperan que, tras haber luchado por recuperarlos, estos pequeños tengan una segunda oportunidad y no sean víctimas de la negligencia humana que está siendo la gran amenaza que pende sobre las vidas de estos mamíferos. El tiempo lo dirá.