Está más que comprobado que los pumas también sufren la contaminación lumínica. Un estudio de la Universidad de California en Davis descubrió que los pumas evitan los lugares con luz artificial, incluso durante el día. El hallazgo se suma a la lista de desafíos que enfrentan los grandes felinos en la región. De hecho, los científicos han advertido que podrían hallarse al borde de la extinción en cuestión de décadas.
El nuevo estudio es fundamental para la conservación de esta especie y para las propuestas de cruces de vías para proteger la biodiversidad. Los autores describieron formas de limitar los impactos de la luz en su guía de diseño para el cruce de Wallis Annenberg sobre la autopista 101 de EEUU. El mismo comenzó a construirse en abril de 2022. Y a él se suma la reciente propuesta de otro que cruzaría la Interestatal 15, cerca de Temecula.
«Las calles, los vecindarios y las áreas comerciales bien iluminados reducirán y fragmentarán las de movimiento de los pumas». Esto lo dijo el autor principal Fraser Shilling, director del Centro de Ecología de Carreteras de UC Davis en el Instituto de Estudios de Transporte. «No es solo la enorme huella humana lo que está destrozando el hábitat del puma. Si no también el brillo extendido de esa huella. Es decir, la contaminación lumínica«.
Hábitats de los pumas afectados por la contaminación lumínica
Los grandes carnívoros cubren amplios territorios. Y estos están cada vez más comprometidos por las carreteras y la urbanización. Y su principal consecuencia: la luz artificial. Los autores intentaron desentrañar cómo la luz artificial nocturna y la proximidad de las carreteras afectan la forma en que los pumas seleccionan su hábitat. En un área densamente poblada como el sur de California, donde viven más de 20 millones de personas.

Utilizaron las ubicaciones de 102 pumas con collares radioeléctricos. Los mismos fueron monitoreados en California entre 2001 y 2022 por veterinarios de vida silvestre de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis, el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California y otros socios.
Modelaron la distribución de estos grandes felinos en relación con las luces artificiales cercanas, el desarrollo urbanístico, el brillo del cielo (luz difusa en el cielo nocturno proveniente de fuentes naturales y terrestres) y la luz de la luna.
Factores iluminadores
El estudio encontró que el brillo del cielo y la luz de la luna no influyeron en la presencia de los pumas. Pero sí la luz artificial nocturna de fuentes terrestres cercanas. «En general, descubrimos que los pumas intentan evitar las zonas iluminadas artificialmente. Posiblemente, para evitar interacciones con los humanos”.
Esto lo dijo el autor principal Rafael Barrientos, ecólogo de la Universidad Complutense de Madrid, España. Y científico visitante en el Centro de Ecología de Carreteras. «Esto puede tener efectos en cascada en la redistribución de las especies en la región. Así como en los beneficios que proporciona la vida silvestre en este ecosistema«.
Estudios anteriores realizados por UC Davis y sus colegas han demostrado que las colisiones que sufren al querer cruzar las autopistas que separan a los pumas del sur de California de sus posibles parejas han disminuido gravemente su diversidad genética. Por lo que ponen en peligro su existencia.
«Nuestra investigación ha demostrado que, incluso cuando existen estructuras que permiten el paso de los pumas por debajo de las autopistas, la luz y el ruido pueden disuadir a los pumas del uso de estas estructuras de cruce seguro». Esto lo dijo el experto en pumas y coautor Winston Vickers, veterinario de vida silvestre de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis y su Centro de Salud de Vida Silvestre Karen C. Drayer.
Los autores del estudio esperan que sus descubrimientos incentiven a las autoridades para que protejan más a los pumas. Y una de las maneras debería ser mediante el bloqueo de la luz que se propaga hacia el hábitat desde las carreteras, en las estructuras de cruce, ante la evidencia de que también sufren por la contaminación lumínica.
Referencia: este estudio se llevó a cabo con fondos proporcionados por las Subvenciones de Ayuda Federal y Restauración de Vida Silvestre del CDFW, los Parques Estatales de California, The Nature Conservancy, la Asociación de Gobiernos del Condado de San Diego, la Coalición de Comunidades Naturales del Condado de Orange y múltiples fundaciones, organizaciones sin fines de lucro y benefactores privados. Los resultados se publicaron en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B.