Los manglares están considerados como algunos de los ecosistemas más valiosos que existen para la mitigación del cambio climático y sus consecuencias y el combate al calentamiento global, puesto que son grandes sumideros de CO2, además de ayudar a filtrar las aguas y atenuar las riadas.
En Ecuador estos ecosistemas tan delicados como útiles están experimentando graves problemas y como siempre, las amenazas que se ciernen sobre ellos vienen de la mano de las acciones de los seres humanos, que ponen en peligro su supervivencia.
Manglares de Ecuador en peligro
Una reciente investigación de Ayuda en Acción, en colaboración con la Universidad del Valle de Colombia, revela una preocupante disminución en los niveles de carbono azul en los manglares de la provincia de Esmeraldas. Esta situación es consecuencia de la tala intensiva y la expansión de la actividad camaronera, y pone en riesgo no solo la biodiversidad, sino también a las comunidades que dependen de estos ecosistemas para su sustento.
Los resultados del estudio indican que la expansión de la acuicultura, especialmente la cría de camarones, ha devastado vastas áreas de manglar. La tala indiscriminada para la construcción de piscinas camaroneras ha reducido la densidad arbórea, afectando la biodiversidad y limitando la capacidad del ecosistema para absorber carbono. Además, la sobreexplotación de recursos marinos, como la pesca no regulada y la recolección intensiva de conchas y cangrejos, también ha contribuido a la degradación del hábitat.
Carbono azul contra el cambio climático
El carbono azul es el carbono capturado y almacenado por ecosistemas marinos y costeros, como manglares, praderas marinas y marismas. Su importancia radica en su capacidad para absorber y retener grandes cantidades de CO2, ayudando a mitigar el calentamiento global. Sin embargo, cuando estos ecosistemas son destruidos, el carbono acumulado se libera a la atmósfera, contribuyendo significativamente al cambio climático.
El estudio de Ayuda en Acción revela que los manglares de Bunche, en Esmeraldas, presentan niveles alarmantemente bajos de almacenamiento de carbono azul (1,14 g/100 g en promedio), en comparación con manglares conservados en Latinoamérica, como los de Brasil y Colombia, que almacenan entre 2,5 y 3,5 g/100 g. Estos datos indican que la degradación ambiental está reduciendo la capacidad de los manglares ecuatorianos para almacenar carbono, lo que acelera los efectos del cambio climático en la región.
En Ecuador, las diferencias también son notorias. Mientras que los manglares de Bunche muestran niveles críticos, los de Salima presentan un almacenamiento significativamente mayor (2,72 g/100 g). Este hallazgo resalta el impacto de la acuicultura en la disminución de las reservas de carbono, ya que en Salima los manglares están protegidos, cuentan con mayor densidad arbórea y altura basal, factores que mejoran su capacidad de almacenamiento de carbono.
Los manglares necesitan acciones urgentes
Ante esta preocupante situación, Ayuda en Acción ha implementado diversas iniciativas para proteger y restaurar los manglares en Esmeraldas. Estas acciones incluyen:
- Reforestación: Restauración de más de 5 hectáreas de manglar en Muisne e implementación de viveros locales para garantizar la regeneración del ecosistema.
- Monitoreo tecnológico: Uso de drones y vehículos submarinos no tripulados para mapear la salud de los manglares y realizar censos pesqueros precisos.
- Capacitación en pesca sostenible: Más de 500 familias han recibido formación en buenas prácticas pesqueras y comercio justo, fortaleciendo su economía y promoviendo la conservación ambiental.
- Empoderamiento femenino: Impulso del liderazgo de mujeres en la gestión sostenible de los manglares, otorgándoles acuerdos de uso y custodia para su protección.
- Acciones comunitarias: Movilización de más de 1.500 estudiantes de las unidades educativas de Muisne para la limpieza de playas y manglares, recolectando decenas de toneladas de basura.
- Investigación científica: Estudio de densidad de cangrejo y concha prieta en Salima y Bunche, además de un censo pesquero para evaluar el impacto del cambio climático y la sobreexplotación en estas especies.
Fiorella Mackliff, Directora de Ayuda en Acción Ecuador, destacó: “En Ayuda en Acción estamos comprometidos con la lucha contra el cambio climático y el empoderamiento de las mujeres. Nuestro trabajo pone a las comunidades, y especialmente a las mujeres, en el centro, reconociéndolas como agentes de cambio en la protección de los manglares”. Agregó que “esta investigación es crucial para entender cómo la pesca y la tala afectan a los manglares y su capacidad de almacenar carbono. Los resultados deben servir como base para la toma de decisiones ambientales y gubernamentales”.
Este estudio se realizó en el marco del proyecto “Mujeres liderando la producción resiliente al cambio climático y la gestión sostenible de los manglares y de la reserva marino-costera Galera San Francisco”, financiado por la Generalitat Valenciana e implementado por Ayuda en Acción y su socio local Cefodi.