Alemania está efectuando experimentos raros en el mar. Se ha propuesto atrapar el viento y transformarlo en combustible. El progreso tecnológico reciente nos están brindando nuevas oportunidades para luchar contra el cambio climático. En este contexto, recientemente eclipsó un estudio de la Universidad Técnica de Viena, Austria, publicado en la revista Green Chemistry (perteneciente a la Royal Society of Chemistry, RSC).
Bajo estos términos, un equipo de especialistas halló una nueva forma de reutilizar basura para el desarrollo de un nanocatalizador. Objetos que generalmente terminan en la basura (como baterías viejas y papel de aluminio) encontraron una segunda oportunidad.
El material tiene en su composición partículas muy pequeñas, con capacidad para acelerar las reacciones químicas sin consumirse en el procedimiento. La reacción química se acelera sin gastarse, para que suceda más rápido y con un uso energético menor.
En este caso, se utiliza para convertir un gas contaminante en un combustible útil. Contribuye a la transformación de dióxido de carbono (CO2), un gas clave en el calentamiento global, en metano, un tipo de combustible utilizable. Todo esto con un aspecto crucial: es compasivo con el medioambiente, acota la cantidad de basura en el reciclado de materiales y produce una fuente de energía útil y limpia.
Nadie pensó que Alemania (o cualquier otro país) podía crear combustible de esta forma
La forma de crear combustible de Austria, de la que te contamos más aquí, resulta llamativa. Sin embargo, en el último tiempo el foco se ha posicionado sobre Alemania, que está llevando adelante experimentos raros en el mar, concretamente en el mar del Norte.
En el puerto de Bremerhaven, una barcaza anclada frente a la costa alemana no transporta mercancías, sino que genera combustible. Parecía ciencia ficción, pero es algo real y funcional. Se trata de la primera planta flotante que pasa el viento, el agua del mar y el aire en energía.
A simple vista, parece una barcaza industrial más. Pero lo que hay dentro dista mucho de lo que hemos visto en otros experimentos. En realidad, es un laboratorio flotante que fabrica combustibles sintéticos directamente en el mar. Una idea muy diferente a la de Austria, pero que causa el mismo impacto.
El proyecto ha sido bautizado como PtX-Wind. Es parte de la propuesta nacional H2Mare, focalizada en la producción de energía limpia en alta mar. La iniciativa recibe el impulso del Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT), de la mano del Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y la Universidad Técnica de Berlín.
Estado en el que se encuentra el experimento de Alemania
Esta innovadora instalación de Alemania todavía no ha salido del puerto, aunque ya se encuentra preparada para la próxima etapa. La siguiente fase es realizar sus operaciones en condiciones reales frente a Heligoland. La meta del KIT con esta prueba es evidente.
Desea mostrar la viabilidad de la producción de e-combustibles en alta mar, sin red eléctrica ni infraestructuras en tierra. Uno de los aspectos más llamativos de esta plataforma es que no va conectada a ninguna red eléctrica.
Su funcionamiento es 100% autónomo. Solo utiliza energía eólica, agua de mar y el aire que hay alrededor. Todo lo que obtiene de estas fuentes lo traspasa a combustibles líquidos listos para su empleo, sin la difusión de emisiones netas de CO2.
El interior de la instalación tiene incorporadas múltiples tecnologías avanzadas. Juntas, crean una cadena Power-to-X (PtX) completa. Es decir, son capaces de transformar la electricidad renovable en combustible u otros productos químicos.
Qué significa la nueva tecnología de Alemania para el sector energético
Interesting Engineering consigna que esta es la primera planta capaz de transformar energía renovable marina en combustible líquido sin depender de tierra firme ni redes eléctricas. La plataforma PtX-Wind es más que un prototipo.
Representa un modelo escalable y adaptable para la creación de combustibles en alta mar. Su diseño modular haría posible su réplica en diversas zonas costeras del mundo, desarrollando una red repartida de refinerías flotantes de energía limpia.
Alemania está realizando experimentos raros en el mar. Atrapa el viento y lo transforma en combustible. Algo nunca visto en el sector energético. Ha logrado llamar tanto la atención como estos combustibles sintéticos neutros en carbono.