España prepara el cambio más importante en la tecnología de los aviones. Los modelos que hemos conocido hasta ahora podrían desaparecer. Un proyecto tan llamativo como el supermotor que va a poner en marcha 100 aviones y ofrece 2700 CV con un combustible casi experimental. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) presentó hace unos meses dos informes que manifiestan que la transición ecológica del sector será algo viable dentro de 26 años.
El primer informe ‘Policy Roadmap’ hace mención a la hoja de ruta que deben seguir las políticas del sector. Resalta la relevancia de las políticas estratégicas y que exista una colaboración global que va más allá del sector de los aviones. Las recomendaciones sugieren que no existe una solución única para todos. Además, agrega que las políticas deben asegurar que todos los países puedan participar del futuro mercado mundial de combustible de aviación sostenible (SAF).
Por otra parte, el segundo informe, ‘Finance Roadmap’ advierte cómo el sector puede costear esta cara transición a las energías renovables. La hoja de ruta financiera brinda una visión detallada sobre las inversiones requeridas para lograr las cero emisiones netas de CO2 para 2050 y los costes que contemplan para las aerolíneas la adquisición de nuevas soluciones.
Los aviones cambiarán para siempre: España tiene la clave
Solarig invierte 1.150 millones en Teruel (Aragón, España) para generar combustible sostenible para aviones. El proyecto Turboleta SAF versa sobre una planta de producción con capacidad superior a 75.000 toneladas anuales. La estimación es que se generan unos 1.200 puestos de trabajo directos e indirectos. La empresa espera conseguir respaldo financiero de los fondos europeos Next Generation EU. Recientemente, anunció la llegada de una planta de producción de combustible sostenible destinada a la aviación en el polígono industrial Platea de Teruel.
La irrupción de esta iniciativa representará una inversión de 1.150 millones de euros y la gestación de 1.200 trabajos directos e indirectos de los que 1.000 tienen que ver con la etapa de construcción y más de 180 durante la fase de operación. Esta planta de producción supone el eje central de la propuesta Turboleta SAF (Sustainable Aviation Fuel), que se desplegará sobre unas 10 hectáreas. Su capacidad sobrepasará a las 75.000 toneladas anuales.
Este número es el equivalente a 33.000 vuelos entre Zaragoza y Londres, significando una mezcla del 50% de SAF. Solarig augura que esta planta, que comenzará su funcionamiento en 2030, incorporará activos renovables dirigidos a la conexión directa a la planta industrial. De esta manera, estará disponible una planta solar fotovoltaica, un parque eólico y un sistema de almacenamiento de baterías. Asimismo, la compañía tendrá a su disposición recursos naturales de la región como el sol, el viento, agua y aprovechamiento de biometano y CO2 biogénico de las instalaciones, generado a partir de residuos agroganaderos de la zona.
España cambia el espectro de los aviones con combustible renovable
Miguel Ángel Calleja, Presidente y Consejero Delegado de Solarig, ha destacado que “este proyecto, que cuenta con el apoyo tanto de entidades públicas nacionales, autonómicas, y locales como de diferentes empresas líderes del sector de la aviación, se suma a la cartera que desarrollamos en España que supera una producción de 400 mil toneladas anuales de SAF”, según registra la web de la compañía.
La operación de la planta y la producción de este combustible sostenible para aviación harán posible que las infraestructuras cercanas, como el aeropuerto de Teruel y Zaragoza, cuenten con una generación de combustible sostenible local.
Con este proyecto, España se posiciona a la vanguardia del sector de los aviones. Esta iniciativa la lleva justo al lado del impacto ocasionado por este colosal motor será capaz de levantar 100 aviones.