Dinamarca acaba de cambiar el mundo con una planta dinámica y diferente a todo lo que se ha visto hasta ahora. Un proyecto incluso más innovador que la fusión de viento, sol, agua y aire que realizó el mismo país europeo. La implantación de la transición energética es un importante reto para todos los sectores de la industria que usan importantes cantidades de combustibles fósiles: transporte, logística e industria de producción, entre otros. Actualmente, las necesidades energéticas de estos sectores quedan satisfechas con el uso de combustibles fósiles. Sin embargo, el mundo ya es consciente de que los fósiles deben ser sustituidos por electricidad regenerativa o combustibles renovables.
Es así como diferentes expertos han llegado a la conclusión de que el amoníaco podría ser la respuesta que la humanidad está buscando para suplir sus necesidades energéticas. Se conoce principalmente como un material de origen para fertilizantes agrícolas, pero también es un portador de energía de alta calidad, particularmente como medio de almacenamiento de hidrógeno.
Asimismo, el amoníaco puede emplearse como fuente de energía para diferentes procesos industriales a gran escala y una manera de suministrar hidrógeno a vehículos terrestres. Por otra parte, adquiere una notoriedad especial en los sistemas de propulsión marítima. Debido al enorme potencial que atesora el amoníaco, Dinamarca ha decidido apostar por su producción de la manera menos pensada.
Dinamarca cambiará el mundo con su planta dinámica de amoníaco: el futuro, más cerca que nunca
Dinamarca es el primer país en la historia en producir amoniaco desde una planta dinámica con los medios que pasamos a describir a continuación. Dicha planta evita la emisión de 8.200 toneladas de CO2 anuales al generar más de 5.000 toneladas de amoníaco verde. La primera planta dinámica de amoníaco verde del mundo, ubicada en Ramme, Dinamarca, tuvo su apertura recientemente tras una alianza alcanzada por Topsoe, Skovgaard Energy y Vestas. Nel, compañía especializada en tecnologías de electrólisis, brindó los electrolizados para este proyecto inédito.
En este contexto, Nel aportó una capacidad de electrólisis de 10 MW a través de cuatro unidades A485, un modelo probado por la propia empresa. Estos electrolizados hacen posible la producción de hidrógeno a partir de energía renovable, que después queda sintetizada en amoníaco verde.
Según registra la web de Nel, Henning G. Langås, Senior Tender Manager de Nel Hydrogen, expuso en la inauguración que “lo que hace que esta instalación sea única es su enfoque dinámico: la planta de amoníaco está conectada directamente a la energía solar y eólica y es capaz de adaptarse a las fluctuaciones inherentes en la producción de estas fuentes renovables. Esto permite una producción rentable de amoníaco verde sin necesidad de almacenamiento de baterías o hidrógeno”.
En el evento también estuvieron presentes dos ministros daneses, Lars Aagaard, ministro de Clima, Energía y Servicios Públicos, y Thomas Danielsen, ministro de Transporte.
Dinamarca va un paso adelante con la producción de amoníaco
De esta manera, este diseño descarta la necesidad de almacenamiento en baterías o de hidrógeno, bajando considerablemente los costes de producción de amoníaco verde. La planta alberga el potencial de prevenir la emisión de 8.200 toneladas de CO2 al año con la producción de más de 5.000 toneladas de amoníaco verde.
“Estamos entusiasmados de ser parte de este proyecto innovador que demuestra el potencial del amoníaco verde en el mundo real. Al proporcionar nuestra tecnología de electrolizadores confiable y eficiente, estamos contribuyendo a una solución que puede ayudar a descarbonizar industrias como el transporte marítimo, la agricultura, el acero y la producción de amoníaco”, expresó Langås.
El proyecto de Ramme también proporciona significativas perspectivas para la proliferación de proyectos Power-to-X a mayor escala. Este concepto, Power-to-X se refiere a tecnologías que transforman electricidad de origen renovable en otros portadores de energía, como el hidrógeno o los combustibles sintéticos. La experiencia obtenida por Dinamarca con esta planta podría servir como base para futuras iniciativas igual de ambiciosas.
Henning G. Langås hace énfasis en la importancia de esta obra advirtiendo que es “un importante paso adelante para hacer del amoníaco verde una alternativa viable a los combustibles fósiles, y muestra cómo los electrolizadores de Nel desempeñan un papel importante para permitir la transición a una economía de hidrógeno renovable. Esperamos seguir colaborando con socios como Topsoe, Vestas y Skovgaard Energy para ampliar esta tecnología y acelerar la transición ecológica”.
Dinamarca acaba de cambiar el mundo con esta dinámica planta de producción de amoníaco. Una pretensión que ya trató de alcanzar probando las baterías de roca, una tecnología de alto riesgo y vida infinita.