En plena transición energética, aparece el primer suelo que produce energía al pisarlo. Los colosales búnkeres de que podrían llegar a España prometían un nuevo panorama, algo que vuelve a repetirse con estas productivas baldosas. El ser humano se encuentra en la necesidad de buscar nuevas formas de abastecimiento para disminuir el impacto ambiental actual y la dependencia de los combustibles fósiles.
La incorporación de nuevas tecnologías y fuentes renovables son cruciales para alcanzar una transición óptima hacia un sistema energético más sostenible. Actualmente, el mundo se enfrenta a varios desafíos energéticos, como el agotamiento de los recursos naturales tradicionales y los problemas ambientales ocasionados por el excesivo uso de los combustibles fósiles.
Necesitamos alternativas para frenar el cambio climático que ya se ha visto latente en varios lugares del mundo. Las actuales fuentes no renovables son limitadas y su explotación deriva en impactos negativos sobre el medio ambiente, lo que producido la urgencia de encontrar soluciones sostenibles y limpias.
Energía con cada pisada: llega el primer suelo energético
La compañía Pavegen lleva desde 2009 trabajando en un modelo de baldosa capaz de generar energía limpia con cada pisada humana. Su uso podría suponer un empujón a la generación local de electricidad a partir de fuentes renovables. Las baldosas de Pavegen se fabrican con materiales reciclados y son reciclables en un 80%, resistentes al agua.
Pueden aguantar hasta 5 años de uso intensivo. Cabe destacar que su capa superior ha sido fabricada con neumáticos reciclados. Cuando el ser humano camina, la energía cinética de sus pasos lo empuja hacia delante. La diferencia con las baldosas convencionales es que, cuando se termina el movimiento, esa energía ocasionada no se pierde, solo se transforma. Puede pensarse en ella como una especie de rastro que va quedando conforme se avanza.
La idea surgió como una forma de aprovechar aquello que se perdía. Así se ha llegado a aceras que recolectan la energía de segunda mano de las pisadas y la almacenan en un formato utilizable. Los simples pasos albergan una increíble capacidad de abastecer farolas y pantallas LED, entre otras cosas.
El suelo genera energía limpia: Pavegen lo hace posible
Las aceras de Pavegen se conforman por plataformas triangulares en forma de baldosa. Cada esquina que está bajo su dominio cuenta con un generador llamado volante de inercia. Cuando alguien pisa una baldosa, las ruedas se activan para girar a gran velocidad. De esta manera, producen energía que es enviada y almacenada en una batería.
Cada paso de la gente que pasea por la acera genera entre 2 y 5 julios de energía. De forma aislada, no es una cantidad demasiado alta. Una bombilla normal consume alrededor de 60 julios por segundo. Esto quiere decir que estas aceras inteligentes todavía no tienen capacidad para suministrar a ciudades enteras.
No obstante, el equipo asegura que su forma de energía limpia puede brindar un impacto grande a una escala más pequeña y accesible. Estas aceras sí son viables en oficinas, centros comerciales, barrios con farolas, partidos deportivos y festivales de música. Contextos como estos necesitan de mucha energía. Con poco o ningún esfuerzo, los asistentes contribuyen a que el espacio quede abastecido.
También podría ser útil en países en desarrollo o zonas sin red eléctrica gracias a la batería del dispositivo, que almacena toda la energía basada en los pasos. No requiere costosas y complejas líneas eléctricas para hacer su trabajo, dado que estamos ante un sistema cerrado.
Obstáculos del suelo que genera energía
La compañía ya trabaja para bajar los cotes de las aceras y elaborar estrategias para tener un mayor alcance en su aplicación. Su gran inconveniente es el alto precio que supone la adquisición de una cantidad relativamente pequeña de energía. Puede que en los próximos años sea posible solventar este problema, o aminorarlo.
En definitiva, el suelo produce energía al pisarlo y Pavegen lo ha demostrado. Mientras su tecnología termina de prosperar, tendremos que ‘conformarnos’ con otras formas de autoconsumo, como el panel solar que genera electricidad de noche.