Lo que la humanidad ha encontrado ha dejado al mundo en shock. Hablamos de 6 billones de toneladas de un recurso estratégico bajo tierra. El mundo subterráneo se trata de un lugar apasionante colmado de secretos y matices que de forma frecuente pasan desapercibidos. Las raíces de los árboles se entrelazan, muchos insectos han hecho de la oscuridad su refugio y varios recursos esenciales están “escondidos” bajo nuestros pies.
La clave para salvar a la humanidad podría estar bajo tierra
Tras exponerse que China encontró un yacimiento de oro bajo tierra, ha salido a la luz un hallazgo emocionante para la humanidad. Cuando pensamos en el mágico concepto de la vida, a menudo recreamos en nuestra mente paisajes repletos de árboles, animales y ríos. Algo que a simple vista nos invita a pensar en vitalidad y luz.
Sin embargo, los ecosistemas subterráneos tienen mucho que ofrecerle al ser humano, incluso teniendo en cuenta que la mayoría del tiempo permanecen en las sombras.
En el suelo, existe una red de organismos que trabaja para descomponer la materia orgánica, reciclar nutrientes y conservar la óptima salud del ecosistema. También se hallan importantes recursos hídricos y recursos que resultan vitales para el progreso del mundo.
Este descubrimiento podría dibujar un nuevo camino para la humanidad
El foco mundial está puesto sobre Malí, donde se destapó hace un tiempo atrás la existencia de hidrógeno natural en el discreto campo de Bourakebougou. Ubicación en la que un grupo de científicos halló flujos constantes de hidrógeno puro.
Esta es una señal de que este recurso podría presentarse en cantidades masivas en el subsuelo de la Tierra. Décadas más tarde, la noticia se ha confirmado gracias a investigadores como las de Geoffrey Ellis y Sarah Gelman, del U.S. Geological Survey (USGS).
Ha llegado a acuñarse que la Tierra podría acoger hasta 6 billones de toneladas de este recurso. Cantidad que sería suficiente para brindarle suministro energético al planeta durante 200 años. El hidrógeno puro, también llamado geológico, se produce a través de diversos procedimientos químicos en el subsuelo.
Uno de sus sistemas principales es la serpentización, una reacción entre minerales ricos en hierro y agua bajo altas presiones y temperaturas. Se trata de una sucesión que desprende hidrógeno molecular (H2) que se queda atrapado en cavidades subterráneas por extensos lapsos de tiempo.
Por mucho tiempo se pensó que este gas diatómico escapaba rápido e iba a parar a la atmósfera producto de su baja densidad. No obstante, ciertos hallazgos en lugares como Malí y Albania demostraron lo opuesto.
Los reservorios naturales de H2 pueden conservarse sellados bajo capas impermeables de roca por millones de años, generando la acumulación de importantes volúmenes. De acuerdo a los estudios más recientes, el fenómeno no se ciñe al ámbito local, sino que llega a un nivel mundial.
Geoffrey Ellis ha evidenciado que las condiciones requeridas para la formación y retención de H2 gozan de una extensión más amplia de lo que se creía.
Desafíos con los que todavía se topa el hidrógeno
Las previsiones actuales acerca de las reservas de H2 subterráneo resultan asombrosas. Según el estudio de Ellis y Gelman, el mundo podría acaparar un promedio de 5,6 billones de toneladas métricas de hidrógeno natural. Solo un 2% de estas reservas serviría para cubrir la demanda energética mundial por dos siglos.
Pese a la abundancia existente de hidrógeno natural, su extracción sugiere importantes desafíos. En muchas oportunidades, los reservorios se ubican a enormes profundidades o en zonas remotas, dificultando su acceso. Además, no hay tecnologías exclusivamente diseñadas para capturar hidrógeno directamente del subsuelo.
Lo que encontraron podría salvar a la humanidad. 6 billones de toneladas de hidrógeno bajo tierra para 200 años. Un dato tan prometedor como el proyecto que mezcla baterías de litio e hidrógeno.















