La Comisión Europea desarrollo un Plan para poner fin a la dependencia de la UE con respecto a los combustibles fósiles rusos (REPowerEU), que es su respuesta a las dificultades y perturbaciones del mercado mundial de la energía causadas por la invasión de Ucrania por Rusia. Hay una doble urgencia para transformar el sistema energético europeo: poner fin a la dependencia de la UE con respecto a los combustibles fósiles rusos, que se utilizan como arma económica y política y cuestan a los contribuyentes europeos casi 100 000 millones de euros al año, y hacer frente a la crisis climática. Al actuar como Unión, Europa puede eliminar gradualmente su dependencia con respecto a los combustibles fósiles rusos con mayor rapidez.
El 85 % de los europeos cree que la UE debería reducir su dependencia con respecto al gas y el petróleo rusos lo antes posible para apoyar a Ucrania. Las medidas del Plan pueden responder a esta ambición mediante el ahorro de energía, la diversificación del suministro de energía y el despliegue acelerado de las energías renovables para sustituir a los combustibles fósiles en los hogares, la industria y la producción de electricidad.
La transformación ecológica reforzará el crecimiento económico, la seguridad y la lucha contra el cambio climático en favor de Europa y de nuestros socios. El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) ocupa un lugar central en el Plan, pues apoya la planificación y la financiación coordinadas de las infraestructuras transfronterizas y nacionales, así como de los proyectos y reformas en el ámbito de la energía. La Comisión propone introducir modificaciones específicas en el Reglamento del MRR para integrar capítulos específicos del Plan en los planes de recuperación y resiliencia existentes en los Estados miembros, además del gran número de reformas e inversiones pertinentes que ya figuran en dichos planes. Las recomendaciones específicas por país del ciclo del Semestre Europeo de 2022 se tendrán en cuenta en este proceso.
El plan REPowerEU de la Comisión Europea tiene como objetivo reducir rápidamente la dependencia de los combustibles fósiles rusos. Su premisa es que todos los esfuerzos para reducir el uso de combustibles fósiles son muy necesarios. Y el plan incluye una serie de buenas propuestas sobre eficiencia energética y energías renovables.
Lamentablemente, hay algunos puntos negros ocultos en los detalles del plan, que corren el riesgo de socavar la transición de la UE a un sistema energético 100 % renovable y respetuoso con la naturaleza. El plan propone medidas para impulsar la eficiencia energética, diversificar los suministros y acelerar la transición de energía limpia de la UE, y contiene una serie de iniciativas positivas.
Impulso al autoconsumo
No hay dudas que se da una mayor importancia a la eficiencia energética y a la sugerencia de aumentar el objetivo para 2030, incluso si la acción en este frente se deja esencialmente en manos de los Estados miembro. El impulso al autoconsumo exigiendo instalaciones solares en los tejados es otra propuesta bienvenida.
Sin embargo, no son muy halagüeñas las medidas para reemplazar el petróleo y el gas rusos invirtiendo en infraestructura de gas adicional. Y contando con niveles poco realistas de hidrógeno. O aumentando el uso de bioenergía sin restricciones en las materias primas y en el origen de las mismas.
De esta manera se corre el riesgo de prolongar la dependencia de la UE de los combustibles fósiles y poner en peligro los objetivos climáticos y de biodiversidad. Para financiar el plan, la Comisión propone movilizar 300 000 millones EUR, principalmente del Fondo de Recuperación de la UE ya existente.
250 millones de toneladas de CO2
Solo 20 000 millones EUR constituirían “dinero nuevo”, que se generaría a través de la venta de nuevos permisos de contaminación concedidos a la industria. Esto representa 250 millones de toneladas de CO2. Y debilitaría directamente el esfuerzo de reducción de emisiones de la UE en las negociaciones en curso del paquete ‘Fit for 55’.
Pero financiar esto vendiendo permisos de contaminación es un error, al igual que construir más infraestructuras de gas fósil o depender de un mayor uso de biomasa. Eso solo prolongará nuestra dependencia de las importaciones de combustibles fósiles y pondrá en peligro los objetivos climáticos”.
Directiva de Energía Renovable
El plan enfatiza acertadamente en la necesidad de una gran expansión en la energía solar y eólica. Y se complementa con una enmienda a la Directiva de Energía Renovable revisada que se está negociando actualmente.
Esta enmienda aumentaría el objetivo de energías renovables para 2030, pasando del 40% propuesto anteriormente al 45%. E incluiría disposiciones sobre permisos y zonificación de energías renovables con plazos claros para que los estados miembros identifiquen espacios para el despliegue de energías renovables. Y designen «áreas de acceso» en las que se espera que dicho desarrollo tenga un bajo impacto ambiental.
Pero es vital excluir áreas protegidas en la ubicación de las renovables. Estas áreas de acceso deben estar primero en sitios urbanos e industriales. Y como propone la Comisión, deben excluir áreas de espacios protegidos nacionales e internacionales como los de la Red Natura 2000.
Además, su designación debe basarse en evaluaciones sólidas y un proceso continuo de participación de las partes interesadas, lo que también reduciría el riesgo de oposición de las comunidades hacia nuevos proyectos.
Cuidado con los espacios protegidos
Sin embargo, es preocupante que la Comisión sugiera declarar todos los proyectos de energías renovables, redes y almacenamiento como de «interés público superior» en cualquier zona. Y que, en las designadas “áreas de acceso”, los proyectos estén eximidos de llevar a cabo una evaluación de impacto ambiental específica.
Y una evaluación adecuada, según lo previsto en la Directiva de Hábitats. Esto plantea una grave amenaza para los objetivos de la UE de proteger y restaurar la naturaleza. Y corre el riesgo de generar oposición local.
Acelerar la obtención de permisos es una buena idea e impulsará un aumento de la energía eólica y solar en toda la UE. Pero la forma de hacerlo es mejorando los procedimientos administrativos y no debilitando la legislación ambiental. Las exenciones de la legislación en materia ambiental para los proyectos de energía renovable podrían dañar la biodiversidad y suscitar la oposición pública, lo que provocaría conflictos y más retrasos”.