Los organismos vivos más antiguos del planeta guardan un secreto que podría ayudar especialmente a la humanidad en el contexto actual, de transición energética. Podrían ser la clave para el futuro, algo que llevamos décadas buscando. En la búsqueda de alternativas sostenibles a los combustibles fósiles, la ciencia ha buscado soluciones en energías conocidas, como la solar, eólica y geotérmica.
Sin embargo, hay otra que podría traernos muchas más satisfacciones y que a menudo se nos escapa. En el año 2023, el Secretario General de Naciones Unidas acuñó claramente que sin las energías renovables “no puede haber futuro”, pero ¿realmente sabemos dónde encontrarlas? Cabe destacar que las energías renovables son un tipo de energía que proviene de fuentes naturales.
Es por eso por lo que la humanidad le presta especial atención a la luz solar y el viento, aunque la perspectiva puede ampliarse mucho más. Además, las fuentes renovables se reponen antes de lo que se consumen. Bajo este marco, un descubrimiento reciente podría transformar de manera radical lo que creíamos conocer sobre la energía.
Estos organismos vivos generan electricidad
Existe un organismo marino capaz de producir electricidad a partir de la luz ultravioleta: las medusas. Hablamos de un ser vivo que existe en el planeta desde hace 500 millones de años, por lo que han sobrevivido a épocas glaciares e interglaciares. Eso ha hecho que inspire creaciones como los edificios de algas.
Una de las especies potencialmente creadoras de energía es la “Aequorea victoria”, que podría llegar a ser una fuente energética futurista y renovable. Alberga la capacidad de brillar gracias al GFP, una proteína verde fluorescente. Este es su mayor secreto: un posible combustible limpio.
Un equipo de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, estudió el comportamiento de una gota de GFP en electrodos de aluminio. El resultado sugirió una nueva realidad para el mundo. Al exponer la gota a la luz ultravioleta, la proteína libera electrones, pasando un circuito generando electricidad.
Este no es el único fin que podría darse a la GFP. La proteína también puede marcar y rastrear tumores, detectar el virus del VIH y hasta interceptar la red neuronal para efectuar análisis de alzhéimer.
Conviene aclarar que una región ya trató de usar las medusas para crear energía, pero se toparon con este problema. No obstante, esta vez el hallazgo podría ser el principio de algo nuevo y prometedor.
Funcionamiento de la creación de energía en medusas
El potencial energético de estos organismos vivos no se ciñe únicamente a la GFP. Usan un proceso natural que tiene su base en la simbiosis con algas microscópicas denominadas zooxantelas.
Dichas algas, ubicadas en sus tentáculos, hacen la fotosíntesis, aportando oxígeno y nutrientes a la medusa para que sea capaz de brillar en la oscuridad.
Tomando como ejemplo este procedimiento, los científicos crearon un sistema experimental apodado biosolar. Dicho procedimiento consentiría la captura de energía solar a través de sistemas biológicos, reducir la necesidad de uso de recursos no orgánicos y aprovechar organismos vivos en lugar de recurrir a desechos contaminantes.
Proyección de futuro del uso de organismos vivos para crear energía limpia
Aunque esta tecnología todavía está en sus primeras fases de desarrollo, atesora un gran potencial. Durante décadas, las medusas han sido vistas como un obstáculo para el correcto desempeño de la pesca y el turismo. Sin embargo, este descubrimiento podría cambiar la percepción que se tiene de ellas.
Transformando una fuente natural en energía renovable, los científicos están abriendo nuevas posibilidades. Esta forma de crear energía a partir de organismos vivos podría complementar o sustituir otras formas de producir energía. Si todavía quieres saber más sobre esta forma de obtener energía, aquí te ampliamos la información.