Los mares de Países Bajos están viendo llegar una tecnología jamás vista que alimenta la actual transición energética. Con el cambio climático y sus efectos negativos acechando a la sociedad, es imperativo hallar soluciones innovadoras que nos permitan aprovechar de forma eficiente y responsable el potencial de las energías renovables. Dentro del ecosistema energético, la energía eólica tiene un lugar especial.
No obstante, las turbinas eólicas convencionales quedan limitadas cuando se las instala en tierra. Estar ceñidas a su ubicación terrestre limita su capacidad para aprovechar el viento y su eficiencia general. Por este motivo, está resurgiendo con fuerza el uso de las turbinas eólicas flotantes, una tecnología en constante evolución que nos está permitiendo vislumbrar límites insospechados.
Este tipo de turbinas eólicas suelen instalarse sobre plataformas flotantes ancladas al fondo marino. Con esta disposición, aprovechan los vientos marinos para producir energía. Cada diseño de estas características debe contemplar la estabilidad en el agua y la resistencia a las condiciones adversas del mar.
Debido al registro de mayor velocidad y constancia de los vientos marítimos, estas turbinas tienen potencial para desarrollar más energía que las terrestres.
Los mares de Países Bajos están viendo llegar una tecnología revolucionaria
Frente al gran potencial que atesoran las turbinas eólicas marinas, una startup neerlandesa ha decidido ir incluso más lejos de lo que han llegado estas murallas de 300 metros que atrapan el viento.
En su lugar, ha diseñado las primeras palas para turbina flotante de una sola pieza que trabaja con vientos de hasta 250 km/h, menor coste, más energía y resistencia ante tormentas.
We4Ce ha elaborado 10 juegos de palas para colocar en el prototipo TW6 de TouchWind, un aerogenerador flotante con un diseño inconfundible. Posee un rotor único y autobasculante que se desliga el sistema tradicional de tres palas.
Este rotor de una única pieza ha sido creado para funcionar bajo climas extremos, siendo capaz de soportar vientos de hasta 250 km/h, un nivel de resistencia poco habitual en turbinas de este tipo.
La colaboración entre We4Ce, TouchWind, Kleizen y la compañía japonesa Mitsui OSK Lines (MOL) tiene varios propósitos: mejorar la resistencia estructural, acotar el coste global de las turbinas, subir la eficiencia energética y facilitar su instalación en alta mar.
Datos técnicos de las nuevas turbinas eólicas de Países Bajos
El diseño de TouchWind se torna autobasculante y elevable. Esto permite que la turbina conserva la producción incluso a velocidades de viento altas, al mismo tiempo que disminuye la fatiga estructural.
Su método ofrece mejoras en la eficiencia de la captura de energía y acota la interferencia entre turbinas, abriendo el paraguas a la posibilidad de parques más densos y compactos.
Las palas cuentan con un diámetro de 6 metros y producen una potencia de 12 kW, suficientes para ejecutar las pruebas de validación en tierra y mar.
Otro punto a considerar de la tecnología que llega de Países Bajos es que el sistema permanece operativo hasta los 250 km/h, algo permitido gracias a su capacidad de autoajuste.
Un escenario contrario al que existiría de usar las turbinas convencionales, que deben apagarse cuando el viento sobrepasa los 90 km/h para evitar posibles daños.
Proyección de las turbinas propuestas por Países Bajos
La holandesa TouchWind ya se encuentra trabajando para traer al mercado una versión comercial de entre 3 y 5 megavatios, con vistas a una instalación en alta mar. Esto supone un importante paso que acerca al sector hacia la escalabilidad industrial del sistema y una posible adopción a gran escala.
Estas turbinas revolucionarias están apareciendo en los mares de Países Bajos dispuestas a cambiar la concepción que tenemos de la energía eólica offshore. Mientras esto sucede en Países Bajos, el resto de Europa se rinde a los pies de estos colosos marinos.