La gigante serpiente marina que descolocó a Europa hace años vuelve a hacerlo. Era una leyenda olvidada, pero algunos aún la tienen presente. La fuerza de las olas ha sido desde siempre una de las fuentes energéticas limpias con más futuro. No obstante, su desarrollo de la primera ha sido más acotado que el de otras renovables.
El oceáno alberga una gran cantidad de potencial energético. Es más, se denomina energía marina al conjunto de tecnologías que aprovechan la energía de los océanos. En este punto, todo movimiento es energía. Las mareas, las olas oceánicas y las corrientes de los ríos del planeta implican energía cinética y potencial que puede utilizarse para impulsar turbinas y generar electricidad.
Optar por este tipo de energía disminuye la dependencia de los combustibles fósiles. Incluso las diferencias en los niveles de salud y temperatura que se generan en los cuerpos de agua originan fuerzas dinámicas que pueden utilizarse para generar energía. Estos tipo de de energía renovable marina se encuentran disponibles al tiempo que las mareas continúen subiendo y bajando y los ríos corriendo.
La serpiente marina prometía otro panorama para Europa, pero no lo logró
Tras saberse de la existencia de los coches de energía marina, ha salido a la luz lo que sucedió la gigante serpiente marina que prometía un futuro distinto para Europa. Hace un tiempo atrás, un innovador proyecto de energía renovable prometía una modificación drástica en el sector de las renovables.
Traía ante el mundo la serpiente marina de Pelamis. Lo que muchos pensaron que sería el futuro de la energía undimotriz hoy se ha convertido en una reliquia de museo. El potencial del mar como fuente energética ha sido un sueño recurrente en ingenieros y científicos a lo largo del tiempo.
Una de las maneras más revolucionarias de aprovecharlo es la energía undimotriz, que convierte el movimiento de las olas en electricidad a través de dispositivos especializados. Mediante turbinas y métodos cinéticos, esta energía renovable y limpia prometía revolucionar la sostenibilidad del siglo XXI.
Entre las iniciativas más pretenciosas estaba la de la serpiente marina de Pelamis. Se trata de un dispositivo ondulante que recreaba el movimiento de una serpiente en el agua para producir electricidad.
Cómo era la serpiente marina que hoy “reposa” en Europa
Este aparato, de casi 180 metros de largo, se constituyó como la primera máquina en generar energía para la red nacional desde alta mar. Ocurrió al instalar la serpiente marina en el Centro Europeo de Energía Marina en 2004.
Richard Yemm, su creador, recibió el Premio Saltire por su aporte a las energías renovables marinas. Pese a las promesas que auguraba esta tecnología, la serpiente marina no consiguió afianzarse como una solución a largo plazo.
La compañía Pelamis acabó en quiebra en 2014. Fue entonces cuando la serpiente marina quedó en manos del Consejo de las Islas Orcadas por una libra esterlina (suma simbólica).
¿Qué está pasando con la serpiente marina?
Pasados varios años, el consejo se enfrenta a la difícil decisión de conservar la serpiente marina como un símbolo histórico o venderla como chatarra. Aunque Pelamis significaba todo un hito tecnológico para su época, su instauración transitó por varias problemáticas.
El mantenimiento tuvo altos costes, además de atravesar dificultades. La falta de inversiones adicionales terminó hundiendo la iniciativa. Desde su adquisición en el año 2017, el consejo local se ha visto obligado a gasta casi 45 000 libras en mantener la serpiente marina de 1350 toneladas, sin hallar ningún uso óptimo.
La gigantesca serpiente marina de Europa ya es una leyenda olvidada. Pero, si todavía quieres saber más sobre su historia, aquí te dejamos más información.