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lunes, mayo 29, 2023

¿Todas las renovables son perfectas?

Lo cierto es que no, no todas las energías renovables resultan perfectas y muchas tienen efectos colaterales, que en ciertos casos desalientan o desaconsejan su uso. Por ello es imprescindible realizar estudios previos exhaustivos, que valoren los riesgos de las instalaciones y su explotación.

Energía hidroeléctrica: ¿otro mito de las renovables?

En realidad, esta es una fuente de energía que se está empleando desde tiempos inmemoriales, pero no por ello deja de ser una de las más criticadas, por quienes dicen que las renovables no son la clave para dar al mundo una solución energética real. Y es que la energía hidroeléctrica tiene infinidad de pegas, aunque en algunos sitios es casi la única opción.

Explotar la energía hidroeléctrica implica importantes impactos ambientales. Los sistemas de almacenamiento y/o de bombeo interrumpen el flujo natural de los sistemas fluviales implicados. Las consecuencias son múltiples: desequilibrios ecológicos, cambios forzados de rutas migratorias, desplazamiento de la vida silvestre y a veces de la humana y generalmente, descenso de la calidad del agua.

Los críticos explican que, si bien tienen una vida útil larga, la instalación de las centrales hidroeléctricas conlleva costos enormes y suelen ser necesarios los subsidios para darles viabilidad. Y añaden que, los sitios adecuados para construirlas son cada vez más escasos y que su productividad depende realmente de las tendencias climáticas y de las precipitaciones.

Energía geotérmica: demasiados ‘peros’

Esta es una de las fuentes renovables que mayor cantidad de críticas recibe, puesto que, en primer lugar, sólo puede ser explotada en sitios muy localizados, lo que limita muchísimo sus posibilidades. De igual manera que sucede con la hidroeléctrica, sus instalaciones requieren de grandes inversiones y subvenciones, para hacer viable su explotación.

Si bien su funcionamiento no es prácticamente contaminante, al excavar se liberan a la atmósfera muchos gases que están debajo de la superficie de la Tierra. En cuanto al tema de la sostenibilidad, para que estas plantas lo sean hay que administrarlas de forma correcta, porque su funcionamiento depende en última instancia de la reposición gracias a las precipitaciones, del agua caliente extraída para calefaccionar o generar electricidad.

Cada vez que se horada la superficie de la Tierra existen grandes posibilidades de alterar su estructura, lo que puede inducir pequeños cambios tectónicos, que sumados ocasionan terremotos. En general estos sismos no son peligrosos, puesto que las centrales suelen tener una ubicación bastante remota, pero sus consecuencias para el entorno son impredecibles.

Biomasa: ¿y qué pasa con la contaminación?

El empleo de la biomasa presenta varias desventajas de corte logístico, ya que requiere unas instalaciones bastante costosas, un mantenimiento muy estricto y espacio de almacenamiento y si bien los biocombustibles son generalmente menos contaminantes que los combustibles fósiles, su producción y transporte generan emisiones de gases de efecto invernadero.

Además, según un estudio de la Comisión Europea la combustión de algunos tipos de biomasa resulta más contaminante que los derivados del petróleo: sus emisiones de CO2 pueden ser hasta un 4% mayores que las de la gasolina o el diésel. Por tanto, aconsejan a los ciudadanos europeos que reserven su empleo para la calefacción doméstica.

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