Hoy te explicaremos qué es el glifosato y por qué es vital, que desaparezca del mercado y deje de ser una fuente de contaminación del medio ambiente y un foco de enfermedades allá donde se lo aplica. Este nefasto producto se considera probable cancerígeno y es con lo que se fumigan nuestros alimentos. Algo que debe parar ya mismo.
No hay ninguna duda de la eficacia de la fuerte publicidad y la labor de marketing que llevó a cabo Monsanto (que en 2018 fue adquirida por Bayer), el principal fabricante e inventor de glifosato, bajo su marca Roundup. Tanto es así que la percepción generalizada, que aún prevalece en muchos sitios, es de que este es un producto químico “seguro», no solo para el medio ambiente y los cultivos asociados, sino también para las personas.
Todo ello a pesar de las crecientes evidencias científicas y denuncias sobre sus daños para la salud y el medio ambiente. Se sabe que el contacto o el consumo de productos fumigados con glifosato pueden provocar intoxicación aguda, daño renal y/o hepático, desequilibrios en la microflora intestinal y disfunción del aparato digestivo, cáncer, alteraciones endocrinas, disminución de la fertilidad y daños en el desarrollo fetal, afecciones neurológicas y disfunción del sistema inmune, por nombrar algunos.
Glifosato: probable cancerígeno
El glifosato está clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como «probablemente cancerígeno». Y está incluido en la «lista de plaguicidas altamente peligrosos» de PAN Internacional. Por ello, a nivel global se está intentando sustituir este nefasto herbicida por enfoques agroecológicos. Los mismos permitirían un manejo ecológico de las malezas mediante sistemas de cultivos diversificados
Desde hace ya muchos años, el glifosato se está utilizando globalmente como herbicida en agricultura y en ocasiones como desecante antes de la cosecha. Esto supone que queden residuos del mismo entre los alimentos. En cuanto a los organismos modificados genéticamente o transgénicos, suelen estar íntimamente asociados a dicho agroquímico. Y en numerosas ocasiones tienen una dependencia directa de la aplicación de glifosato.
También es ampliamente usado en los huertos familiares y los lugares públicos, incluidos los bordes de la carretera, parques y jardines. Debido a ello, los científicos de todo el mundo han encontrado residuos de este herbicida en pan, cereales, cervezas o incluso en el agua para beber.
Altamente tóxico para el medio ambiente y la salud
Hace unos años se le hicieron pruebas a todos los eurodiputados del Parlamento Europeo y se encontró que todos, sin excepción, tenían trazas de glifosato en su organismo. Prueba más que fehaciente de su grado de contaminación y persistencia.
También se ha llegado a encontrar trazas de este veneno en la leche materna en varios países de Sudamérica, lo que los ha llevado a pronunciarse en contra de que continúe su aplicación. Y se conocen al menos 10 enfermedades provocadas por el glifosato.
El glifosato puede persistir en algunos suelos hasta tres años y hay evidencia de bioacumulación. La resistencia a este nefasto producto se registra en más de 40 tipos diferentes de especies de malezas y en muchos países. esta problemática tiene su origen en el uso repetido de glifosato en cultivos transgénicos, la agricultura sin labranza y el uso de equipamiento de labranza.
Los impactos ambientales del glifosato son alarmantes en grado superlativo. Entre ellos destacan los efectos adversos sobre el funcionamiento de los ecosistemas, los servicios de polinización, el control biológico, la fertilidad del suelo y la salud de los cultivos. Cada vez es más común encontrar residuos de este peligroso agrotóxico en el medio ambiente, incluso en el agua de lluvia, en aguas superficiales y subterráneas y en el medio marino.