Copernicus es el Programa de Observación de la Tierra creado por la Unión Europea, que vigila el estado de nuestro planeta, del agua y del medio ambiente . Ofrece servicios de información que se basan en datos obtenidos por satélite de la observación del planeta y en datos in situ (no espaciales).
Se emplea una enorme cantidad de datos globales procedentes de satélites y de diversos sistemas de medición terrestres, marítimos y aéreos con el fin de proporcionar información útil para muchos organismos públicos y privados, mediante unos servicios que son de acceso gratuito y abierto para sus usuarios.
Vigilancia del agua en Europa
Los datos que recoge el programa de observación de la Tierra en Europa -conocido como Copernicus– contribuyen, entre otras cosas, a monitorizar la salud de los océanos, mares, lagos y ríos. Esta información es muy valiosa porque con ella podemos detectar si el agua está contaminada, si ha disminuido su caudal, la cantidad de sal o la temperatura. También ayuda a prevenir fenómenos extremos como sequías o inundaciones, gestionar mejor los recursos hídricos o medir el impacto del cambio climático.
El problema es que a menudo los datos provienen de diversas fuentes, se encuentran disgregados y las autoridades públicas no aprovechan todo el potencial de la información. El grupo GRUMETS, del CREAF y la UAB, precisamente ha abordado algunos de estos desafíos a través de dos proyectos europeos donde ha participado recientemente: WQeMS y Water-ForCE. Ambas iniciativas ya han finalizado, pero el servicio y resultados que desarrollaron siguen operativos. Copernicus reconoce ahora su aportación en una noticia donde destacan 10 proyectos que han contribuido de manera significativa a mejorar alguna de sus seis misiones: vigilancia atmosférica, vigilancia ambiental marina, vigilancia terrestre, cambio climático, gestión de emergencias y seguridad.
Por su lado, el equipo científico del proyecto WQeMScreó un servicio capaz de detectar emergencias en torno a la calidad del agua de lagos y embalses, por ejemplo, posibles inundaciones, floraciones de algas nocivas, entradas de lodo o derrames de petróleo. La herramienta, que continúa activa y utiliza los datos más actualizados de los satélites Sentinel-1 y -2 de Copernicus, la utilizan sobre todo empresas públicas de gestión y suministro del agua y agencias gubernamentales.
Copernicus: herramienta fundamental
En el caso de Water-ForCE, los investigadores desarrollaron una hoja de ruta para mejorar los productos relacionados con el monitoreo de aguas dulces. Entre otras cosas, los resultados incluían recomendaciones para brindar un mejor apoyo a responsables políticos, investigadores, organizaciones internacionales, autoridades locales, la industria y el público en general.
«El trabajo que realizamos en el contexto del WQeMS supuso un grado extra de dificultad en la investigación que hacemos habitualmente. En especial porque implicaba ofrecer un servicio que fuera completamente operativo, eficaz y útil para los gestores de entidades suministradoras de agua en diferentes ciudades, entre ellas Thessaloniki, en Grecia. Los datos y servicios debían cumplir más que nunca con los principios FAIR, es decir, ser totalmente integrables, armonizadas, estandarizadas y disponibles para cualquiera y en un tiempo casi real. ¡Estamos muy orgullosos de que Copernicus nos reconozca este hito!», Ivette Serral, investigadora del CREAF y parte del equipo del WqeMS.
Otros proyectos europeos que menciona la noticia responden a otras misiones como monitorizar mejor el derretimiento del hielo, la calidad del aire o el uso de la tierra. La noticia se ha publicado a raíz de un Results Pack que elaboró recientemente el Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo (CORDIS), la principal fuente de información sobre proyectos financiados por la Unión Europea. El objetivo de un Results Pack es mostrar los resultados más destacados de iniciativas europeas que comparten un enfoque o temática común, en este caso el hilo conductor era Copernicus.