Las tecnologías tienen un papel cada vez más relevante en el futuro de la movilidad urbana y los próximos cambios vendrán indefectiblemente, de la mano de las nuevas tecnologías y de sus posibles aplicaciones a la movilidad eléctrica. Todos los avances y modificaciones que sufran los vehículos y los sistemas asociados repercutirán de forma directa en las personas, en la economía y en las infraestructuras.
¿Qué pasó en el 2020?
El 2020 dejó en evidencia que la problemática de la contaminación de las ciudades es culpa de los seres humanos y que deben cambiarse cuanto antes los modelos de consumo. También se requieren políticas más proteccionistas del medio ambiente y la movilidad eléctrica y el cambio de matriz de producción de electricidad son necesidades cada vez más perentorias. En todos estos aspectos será imprescindible contar con la aplicación de nuevas tecnologías.
La pandemia por COVID19 y las medidas de confinamiento asociadas a la lucha mundial contra la primera ola de esta enfermedad, fueron muy perjudiciales para la industria automovilística. Y el cambio de año no hizo desaparecer las dificultades, pero incrementó el empeño del sector, por dar soluciones cada vez más sostenibles a los coches del futuro.
Los avances en cuanto a la movilidad eléctrica no se estancaron, puesto que el parón no impidió que ingenieros, especialistas y todo tipo de investigadores continuasen trabajando, ya fuese en las empresas o desde sus hogares, para que una vez superada la crisis sanitaria se pudiese seguir con la labor.
Pero el rumbo que deben tomar las empresas tras el coronavirus requerirá de un gran espíritu de colaboración, diálogo y amplia discusión entre las industrias y los especialistas en tecnología, para que pueda apreciarse un verdadero avance evolutivo, que dé como resultado la creación de nuevos modelos cada vez menos contaminantes.
Las innovaciones que vendrán
Los principales puntos de disrupción en movilidad a los que nos enfrentamos son sin dudas: la autonomía, los viajes compartidos, la electrificación de los vehículos y la conectividad, pero estos elementos van camino de estandarizarse en mayor o menor medida, gracias a la colaboración entre las empresas.
Los fabricantes de equipamientos, los creadores de nuevos elementos y sistemas y las empresas automotrices tienen que contar con el aporte tecnológico necesario, con el fin de satisfacer la demanda cada vez más creciente de los clientes, exigiendo coches tan seguros como funcionales y eminentemente sostenibles.
Por ello, toman protagonismo las tecnologías asociadas a los componentes electrónicos y eléctricos y a las innovaciones en software, poniendo la mira en los sistemas operativos, los sistemas de control y en la disminución real del número de partes, que es una de las ventajas en cuanto a los menores costos de mantenimiento de los coches eléctricos.
El Big Data
Las demandas de los consumidores se están convirtiendo cada vez más en uno de los parámetros fundamentales, por lo que la recolección, ordenamiento, calificación y cualificación de los datos cobrará mayor importancia, ya sea a la hora de crear nuevos modelos o de hacer modificaciones en los existentes.
Nuevos enfoques de fabricación
Las complejidades asociadas a las tecnologías y su aplicación y el necesario dinamismo que se requiere, para que los nuevos modelos cumplan con los objetivos en cuanto a sostenibilidad y seguridad, serán los que marquen los nuevos enfoques de la fabricación en general y la de los vehículos conectados en particular.
Hablamos de una sofisticada transición que experimentará el sector de la fabricación y que requerirá la participación y colaboración de diferentes disciplinas y campos, como el software para los diagnósticos de vehículos, el Internet Industrial de las cosas (IIoT), la inteligencia artificial (AI), la Industria 4.0 o el Blockchain.
Baterías y sistemas afines
La autonomía de los coches eléctricos sigue siendo un obstáculo para muchos usuarios, por lo que es imprescindible un avance significativo en el rendimiento, durabilidad y capacidad de recarga. Otra alternativa viene de la mano de los sistemas de propulsión y de las aplicaciones eléctricas y electrónicas.
La gestión de las baterías una vez finalizada su vida útil es también uno de los focos de la innovación. Se buscan materiales más fáciles de reciclar y se tratan de implementar nuevas metodologías, que aumenten significativamente la sostenibilidad de estos vitales elementos de los coches eléctricos.
Sistemas avanzados de asistencia
Los SAAC son fruto de la investigación orientada a reducir los accidentes de tráfico. Gracias a estos Sistemas Avanzados de Asistencia a los Conductores, se espera poder evitar colisiones y situaciones peligrosas, detectar un mal funcionamiento de los vehículos y hasta prever y subsanar los errores humanos.
Conectividad
La conectividad de los vehículos de la era de la movilidad eléctrica no solo se limitaría al espacio interno del coche, sino que podría ser fundamental para que la planificación de las nuevas Smart cities en el contexto del tráfico urbano, sea eficaz y versátil, adaptándose a las necesidades de los usuarios y dándoles información fehaciente y útil, en tiempo real.
Gracias a la conectividad, los conductores no solo sabrán qué tipo de dificultades se presentarían en determinadas rutas posibles, sino que, mediante el cotejo y triangulación de datos de miles de usuarios se podrían hacer previsiones más precisas, con el fin de darles a los usuarios de la movilidad eléctrica alternativas más rápidas y viables.
Por Sandra MG de ‘El Periódico Verde’