En el contexto actual, el uso de baterías de ion litio, una tecnología de almacenamiento caracterizada por su versatilidad y su alta densidad energética, ha experimentado un crecimiento exponencial impulsado por la creciente demanda de un amplio rango de sectores, entre los que destacan las aplicaciones de movilidad.
Este incremento lleva implícita la necesidad de mejorar su rendimiento, vida útil, y reducir los tiempos de carga, garantizando la seguridad. Para ello, es necesario un enfoque integral que aborde la seguridad y el rendimiento de las baterías, desde la celda, hasta el módulo.
Alineado con esto, PROMOBAT aborda el desarrollo de soluciones tecnológicas novedosas que permitan el diseño y prototipado de celdas y módulos de baterías de elevadas prestaciones y a su vez elevada seguridad, así como metodologías de evaluación de calidad de estas baterías, mediante la combinación de la investigación industrial y el desarrollo experimental para la validación de las soluciones.
¿Qué tipo de baterías ofrecen?
El Instituto Tecnológico de la Energía (ITE) ha desarrollado, en el marco del proyecto Promobat, prototipos de baterías para movilidad eléctrica que permiten una recarga completa en menos de 15 minutos, dentro del rango óptimo de funcionamiento.
El avance, logrado en la planta piloto de baterías de ITE, responde a una de las demandas más relevantes de la automoción eléctrica y de la movilidad ligera, y se han conseguido baterías de alta densidad energética utilizando una innovadora combinación de materiales, nuevos diseños de celdas y sistemas de gestión térmica avanzados. También se han fabricado prototipos de celdas de estado sólido con electrolitos híbridos, que suponen un aumento significativo en términos de prestaciones y seguridad frente a las baterías convencionales de ion-litio.
Según el responsable del proyecto, Alberto León, el desarrollo permite reducir significativamente los tiempos de carga sin comprometer la seguridad, lo que puede facilitar «el acceso a una movilidad eléctrica más rápida y sostenible”. El proyecto establece una metodología completa de evaluación de calidad y seguridad que acelera la detección de posibles incidencias y garantiza el rendimiento a largo plazo de los sistemas desarrollados.
El hito de lograr cargas rápidas sin riesgo de sobrecalentamiento ni deterioro de los materiales supone, además, que la movilidad eléctrica sea más accesible y práctica tanto para usuarios particulares como para transporte público y flotas logísticas, según el ITE.
Uno de los logros ha sido la incorporación de materiales de interfaz térmica y electrónica de control, y el avance en el desarrollo de ánodos de silicio-carbono (Si-C) y la integración de electrolitos híbridos. Estos elementos son precursores de una nueva generación de baterías de estado sólido, avanzando hacia la autonomía tecnológica y la competitividad europea en el sector estratégico del almacenamiento energético.
En términos de sostenibilidad, al reducir el tiempo de recarga y aumentar la vida útil de las baterías, se avanza en la reducción de una de las principales barreras de entrada para el gran público, favoreciendo la transición hacia vehículos de cero emisiones y reduciendo el impacto ambiental del transporte. El proyecto cuenta con financiación del IVACE+I dentro de la ayuda del Fondo Europeo de Desarrollo Regional. EFE / ECOticias.com