Sabemos que China, no es precisamente el mejor amigo de todos los países, de hecho se están preparando para una guerra. Sin embargo, esta vez hay una acusación bastante diferente, pues están acusando a China de ser un espía y lo quieren bien lejos…
China vuelve a estar en la mira
El gigante asiático, constantemente se ha visto envuelto en diferentes conflictos, especialmente con Estados Unidos y Europa, donde los intereses políticos y económicos han sido un constante punto de tensión que desafortunadamente no parece detenerse.
Sin embargo, lo que parecía solo conflictos políticos, curiosamente también está relacionado con la industria automotriz, particularmente con los coches chinos, los cuales se han vuelto cada vez más populares a nivel mundial debido a sus innovadoras características y bajos precios.
Marcas como BYD, Xpeng y Chery, son algunas de las marcas que se han hecho muy famosas a nivel mundial, llegando a rivalizar con marcas líderes como Tesla. Pero más allá de la guerra de precios y la competencia esta situación no había traído mayores problemas.
Pero ahora la situación es diferente, ya que Reino Unido cree que estos coches, no son simplemente vehículos atractivos y novedosos, sino que en realidad son coches espías y por la seguridad del país, prefiere mantenerlos lejos de ciertos lugares.
Reino Unido no quiere coches chinos
Sucede que Reino Unido ha impuesto una prohibición al estacionamiento de vehículos eléctricos construidos con componentes chinos en ciertas instalaciones militares y sus alrededores, bajo la sospecha puedan utilizarse para recopilar información.
La instrucción es que estos coches deben estar a una distancia de al menos 3 kilómetros, pero ¿De qué lugares? De momento la prohibición afecta a ciertos «lugares sensibles y centros de entrenamiento militar» entre los cuales figuraría la base de la Royal Air Force (RAF) en Wyton.
Dicha instalación reúne un núcleo de inteligencia militar coordinado con sus homólogos de Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos dentro del programa de defensa conocido como Five Eyes, lo cual la convierte en un objetivo de enjundia para el espionaje.
Sin embargo, esta prohibición no afectará únicamente a los coches eléctricos de fabricación china, sino que también incluye a otros vehículos eléctricos de marcas europeas o estadounidenses que utilizan componentes procedentes de China.
¿Puede un coche espiarnos?
Aunque no se sabe esto con certeza, Reino Unido prefiere no correr el riesgo, pues tienen el temor de que sus palabras puedan ser captadas por los micrófonos integrados en estos vehículos y que estén recolectando información que posteriormente podría ser enviada a los servicios de inteligencia de China.
Y aunque esto suene un poco exagerado o sin fundamento, Reino Unido no es el único país que cree en esta teoría. De hecho, en Estados Unidos, la senadora de Michigan, Elissa Slotkin, propuso una enmienda constitucional para prohibir la entrada de vehículos fabricados en China.
La razón sería precisamente que esto podría representar un riesgo para la seguridad nacional. Y si bien, esto sigue sin comprobar algo, del mismo modo que Estados Unidos y Reino Unido están desconfiando quizá otros países europeos se sumen y comiencen a aplicar medidas.
Recordemos que la recopilación de datos sin consentimiento es una violación a los derechos de privacidad y si bien no hay nada comprobado, esta situación nos hace reflexionar sobre el lado oscuro que puede tener la tecnología.
Quizá más adelante sepamos si Reino Unido realmente tenía razón o estaba equivocado, pero no podemos negar que incluso una simple teoría podría afectar la reputación de los tan famosos coches chinos, además no es la única polémica que enfrentan, pues además de esto, BYD tiene una fuerte acusación por parte de Alemania.