China está dispuesta a desconectar todos los enchufes del planeta. La razón es sencilla: ha encontrado una manera de cargar mucho más rápida y eficiente. Incluso hay quien podría decir que es más simple. Solucionar el problema de la carga de los vehículos eléctricos es imperativo para que la movilidad eléctrica alcance la adopción masiva. Hoy en día, un gran número de personas dice “no” al coche eléctrico porque no tienen estaciones de carga cerca ni un lugar en su domicilio donde carga su vehículo.
Alternativas para ofrecer infraestructura al coche eléctrico: China ofrece una nueva
Tras comunicarse el llamativo futuro que se imagina Estados Unidos para el coche eléctrico, las miradas se posicionan sobre China. Hasta ahora, se han contemplado dos caminos para brindar abastecimiento energético a los dueños de coches eléctrico.
La primera ha sido montar baterías cada vez más grandes y de mayor capacidad. Con esta metodología, la tarea de carga se espacia más en el tiempo. Sin embargo, el inconveniente de esto es que la pieza automovilística debe soportar mayor peso, incidiendo este aspecto de forma negativa sobre su eficacia.
El segundo camino contemplado hasta ahora es el hecho de que los sistemas eléctricos puedan soportar velocidades de carga más rápidas. No obstante, esto hace que la degradación de las baterías sea prematura. A pesar de los esfuerzos, la existencia de una densa infraestructura de carga interoperable y de acceso público todavía está lejos de convertirse en realidad.
Es más, la falta de infraestructura de carga, una autonomía insuficiente y el largo tiempo de espera en las estaciones de carga disponibles son los principales impedimentos para la transición a la movilidad sostenible. China tiene en sus manos la fórmula para calmar este mal.
Intercambio de baterías, la promesa y expectativa de China
A las dos alternativas mencionadas ahora se le suma una tercera con sello chino: el intercambio de baterías. Es un sistema sencillo de entender. Ya no se trata de recargar el coche cuando se quede sin carga eléctrica. El usuario directamente extrae la carga sin energía y la sustituye por otra ya cargada.
Una práctica simple y rápida que llega de la mano de CATL, marca china que ya dispone de una red de 700 estaciones de intercambio de baterías en China. Su red de estaciones está creciendo muy rápido. De hecho, el pasado mes de julio la compañía expuso que había registrado las 500.
De estas, 400 se destinan a coches particulares y 100 a vehículos pesados. Desde ese momento ha agregado otras 200 más. Ya goza de presencia en 39 ciudades de país, con la mira puesta en 1000 activas antes de finalizar 2025. Pero sus planes no acaban aquí.
Para finales de 2026, el plan es tener un reporte de 2500 estaciones totales. El despliegue de las estaciones de China se ha focalizado en las áreas con mayor densidad poblacional, que también son aquellas en las que existen una mayor proliferación de coches eléctricos.
En la zona del delta del río Yangtsé, se han instaurado 179 estaciones. En el área de Sichuan‑Chongqing otras 123. Asimismo, el espacio metropolitano de Pekín-Tianjin-Hebei tiene 121 adicional y la zona de la Gran Bahía 116.
Funcionamiento de las estaciones de intercambio de baterías de China
En las estaciones de intercambio de baterías de China, los conductores pueden hallar una estación en menos de 10 minutos de travesía, sin importar el punto en el que estén. Entonces, pueden efectuar el reemplazo de su batería en un lapso inferior a 100 segundos. China desconectará todos los enchufes del planeta. Se decanta por una manera más rápida y eficiente de cargar sus vehículos eléctricos. Mientas esto sucede en Asia, esta es la situación de la red de recarga pública en España.
















