Primero fueron los motores eléctricos y su innovación con el motor más potente del mundo. Luego los coches de hidrógeno y ahora , la industria automotriz nos sigue sorprendiendo buscando opciones que reemplacen a la tradicional gasolina pero ¿De qué se trata esta alternativa?
Similar a la gasolina pero más sostenible
Esta tecnología funcionaría con un motor prácticamente igual a un motor de gasolina, pero cambiando el sistema de alimentación por otro hidrocarburo. Sucede que el principal problema de los motores de gasolina convencionales contiene grandes cantidades de impurezas.
Por su parte, la gasolina es una molécula muy compleja y tras su combustión se producen muchos subproductos contaminantes, los cuales se van depositando en los asientos de válvula, cabeza de los pistones, conductos de admisión y escape.
El componente que reemplazaría la gasolina
Para sorpresa de muchos, se trataría sencillamente del Gas Licuado de Petróleo (GLP) y actualmente son cada vez más las personas que están transformando su coche de gasolina en un coche a gas, pero ¿Cómo es posible esto?
Para que un motor de gasolina funcione con gas solo se debe instalar un sistema de alimentación en paralelo. De esta forma, el coche mantiene la instalación de gasolina y en cualquier momento se puede cambiar de uno a otro combustible.
Dicha instalación consiste en un depósito de gas, canalizaciones, válvulas de gas y una unidad de control que regula la entrada de combustible, lo que no implicaría un gran coste económico para los ciudadanos.
Inclusive, es una inversión 15 o 20 veces menor que la compra de un vehículo nuevo y que se amortiza durante el ciclo de vida de los propios vehículos. Por su parte, el GLP es mucho más barato que la gasolina, lo que implicaría un gran ahorro en combustible a largo plazo.
¿Realmente es rentable hacer una transformación?
Sin duda, si es conveniente. Los talleres especializados realizan este tipo de modificaciones por un precio entre 2000 y 2500 euros y tardan aproximadamente 2 días, lo cual es un tiempo bastante corto en comparación con otros procedimientos.
Ahora bien, la diferencia entre ambos combustibles es casi del 50%. Tomando como referencia un vehículo con un consumo medio de 7 litros, por cada 100 km, se empezaría a ahorrar dinero a razón de 3,5 euros cada 100 km. Es decir, en los primeros 40.000 km ya se recupera el costo de instalación.
Por otro lado, los coches de gas siguen conservando el sistema de alimentación de gasolina, por lo que la autonomía es mucho mayor al contar con dos depósitos, ya que si no hay gas, siempre se puede recargar con gasolina.
Aumenta la demanda de los coches a gas
Para quienes no desean modificar su vehículo y por el contrario quieren uno nuevo, son cada vez más las alternativas de coches a gas disponibles en el mercado. Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), de enero a diciembre de 2024 se vendieron en el mercado español un total de 33.514 turismos de gas, un 27,26% más que en el mismo periodo del año anterior.
Este tipo de coches con etiqueta ECO de la DGT, alcanzaron en diciembre las 3.435 matriculaciones, un 12,18% más que en el mismo mes de 2023.
Un impacto positivo en el medio ambiente
La conversión de un vehículo propulsado por diesel o gasolina a gas permite una reducción de emisiones contaminantes, que por ende, ofrece una gran ventaja para la circulación, sobre todo a los que acostumbran a moverse por las ciudades. Los vehículos propulsados por GLP que cumplen las condiciones (gasolina EURO 4 y diésel EURO 6), pueden disponer de la tan deseada etiqueta ECO de la DGT.
Por su parte, la combustión de estos coches solo genera vapor de agua y CO2, si bien este último está relacionado con el efecto invernadero, es un impacto mucho menor en comparación con todos los contaminantes que se liberan en la combustión de la gasolina.
En conclusión, los coches a gas son una gran innovación para quienes buscan una alternativa similar a la gasolina pero más sostenible y económica. Lo mejor es que las personas pueden optar por un coche nuevo o bien modificar su propio vehículo, lo cual es un gran avance en economía circular, al igual como lo fue la creación de empleos verdes. Sin duda este tipo de ideas motivan a ser parte de una movilidad sostenible.