Tras la ascensión de un gran competidor para Tesla, llega la victoria de Trump, que trae serias consecuencias para Elon Musk. La victoria del magnate de los negocios podría poner en peligro uno de los proyectos más pretenciosos de la fábrica automotriz. Después del éxito en las urnas del candidato republicano, muchos se preguntan acerca del destino de la moderna fábrica de automóviles. Elon Musk fue uno de los empresarios que más apoyó la candidatura del expresidente republicano, quien en apenas unas semanas regresará a ejercer su poder en Estados Unidos.
Musk donó hasta casi US$ 119 millones a un comité de acción política creado para respaldar a Trump, según reflejan documentos presentados ante la Comisión Federal Electoral. Incluso se lo ha visto con el triunfador de las elecciones en mítines. La semana pasada, los inversores ya apostaron a que el éxito sería algo positivo para la principal participación pública de Musk, Tesla. Un pensamiento que tuvo como resultado que las acciones del fabricante ascendieran un 13% en la apertura del miércoles 6 de noviembre.
De esta manera, subió el valor de los 411 millones de acciones de Tesla que el sudafricano tiene en total en más de US$ 13.000 millones, que equivale a una rentabilidad superior al 11.000% sobre los US$119 millones que le otorgó a Trump. Sin embargo, no todo es color de rosa para la firma de los eléctricos, aun cuando su CEO le brindó tanto apoyo al nuevo Presidente de Estados Unidos.
El dueño de X y su fábrica se verían afectados por la llegada al poder Trump
Al igual que en su primera ascensión al poder, Trump defiende la producción nacional y la vuelta de los grandes proyectos americanos. Esta forma de pensar lo enfrenta de forma directa con la construcción de la Gigafactoría en México. Ante el discurso del presidente, algunos temes que la obra finalmente no salga adelante. A principios de 2023, y tras varias filtraciones y rumores, la firma ganadora hizo oficial la llegada de la Gigafactoría de Nuevo León, en México.
Sería una de las fábricas más modernas del mundo. Sin embargo, el proyecto ha estado envuelto en varios inconvenientes desde el principio. Para empezar, su remota ubicación ha supuesto un trabajo extra para los ingenieros y las infraestructuras. Una fábrica como la que Tesla tenía planeada consumo un gran número de recursos en agua y electricidad.
No obstante, los problemas de ingeniería no se comparan con la irrupción del empresario hotelero en la Casa Blanca. El candidato republicano se muestra en contra de la deslocalización de la industria americana. Está en contra de que las compañías fabriquen en el extranjero para beneficiarse de subsidios y descuentos fiscales. Por este motivo, entre sus propuestas se encuentra la de aplicar aranceles especiales a todas las firmas que utilicen mano de obra extranjera.
¿Qué pasará con ahora con la victoria del líder republicano?
El dueño de X, y el gran defensor del candidato republicano, tiene grandes proyectos para Tesla y otras de sus compañías. Sin embargo, todavía está por determinar hasta qué punto afectan las nuevas leyes promulgadas por el Presidente. En contraposición a la Gigafactoría de México, si se redactara una nueva normativa para vehículos autónomos, el CEO de la firma se vería beneficiado. Cabe destacar que la fábrica busca ser una compañía tecnología de primer orden y para lograr su cometido requiere de leyes más propicias.
La fábrica de Nuevo León prometía ser la joya de la corona de Tesla. Una fábrica creada para liderar una nueva generación de vehículos. Sin embargo, ahora la incertidumbre se cierne sobre esta iniciativa. De una manera o de otra, está claro que la llegada del líder republicano al poder en Estados Unidos será clave para la automotriz y su dueño Mientras tanto, el empresario planea la creación del KITT del siglo XXI.