Una reconocida marca desarrollará el motor más caro de la historia. No es una pieza eléctrica ni de hidrógeno, pero sí a la altura del supermotor que pondrá en marcha 100 aviones. La industria del hidrógeno sigue ganando terreno, con Japón como eje central y global.
Asimismo, China disputa con piezas asequibles el liderazgo del sector de los VE. No obstante, Estados Unidos se ha atrevido a presentar un motor que podría hacer sucumbir a todos los combustibles conocidos, abarcando también a todos los vehículos de emisiones cero.
Algunos han catalogado su invento como “la versión eco de un gas contaminante” o “una versión mejorada del alcohol”, pero su concepto traspasa todo lo que la mente humana pueda vislumbrar. Hasta ahora, el hidrógeno había sido uno de los agentes más llamativos en el marco de descarbonización y transición energética en el que nos encontramos.
Es un vector clave para aplicar en sectores en los que la electrificación es compleja, como el transporte de larga distancia, el marítimo y la aviación. Sin embargo, su puesta en marcha en vehículos ligeros hasta ahora ha sido limitado, en parte por la creciente popularidad de los vehículos eléctricos a batería.
Pese al aparente lugar privilegiado que ha logrado en la industria, ha aparecido un motor que supera todas las expectativas y ni siquiera ha contemplado el uso del hidrógeno.
Se anuncia la llegada del motor más caro del mundo: hunde al hidrógeno
El mayor fabricante de automóviles del mundo, Stellantis (que trabaja con 14 marcas, entre las que destacan Fiat, Peugeot y Jeep) ha anunciado vía comunicado que invertirá 6.000 millones de dólares en el mercado sudamericano para construir una producción de motores que funcionen con gasolina o etanol. Esta inversión se considerada la mayor de su categoría en la región para el sector del automóvil y garantizará la elección de más de 40 nuevos productos.
Asimismo, otorgará acceso a una nueva línea de tecnología “Bio-Híbridas”, que combinan tecnología eléctrica y etanol. El aspecto más relevante del plan de inversión de Stellantis son los vehículos con motores de combustión interna del tipo flex-fuel, especialmente diseñados para recurrir a una mezcla de gasolina y etanol. Estos motores pueden funcionar de manera que puedan utilizar un combustible u otro a elección.
Entre los nuevos motores flex-fuel de Stellantis resalta un híbrido enchufable añadido, realizando de esta manera una combinación única de la flexibilidad del motor de combustión, un motor eléctrico y una batería. El propósito de esta estrategia Peugeot e-THP Bio-Hybrid parece brindar a los consumidores los beneficios de los carburantes flex.
El etanol, un combustible renovable generado a partir de cultivos agrícolas como la caña de azúcar y el maíz, se ha aplicado como mezcla de gasolina o combustible independiente en diferentes zonas del mundo, especialmente en Brasil.
Stellantis hace historia con un combustible más destacado que el hidrógeno
El etanol suele incluirse en la mezcla estándar por su naturaleza compasiva con el entorno, dado que produce menor carbono durante la combustión. Hace años que existen vehículos de combustible flexible que pueden quemar una combinación de gasolina y etanol, pero la propuesta de Stellantis debería ser más eficiente lo que hemos vislumbrado hasta el momento.
Según la compañía, los nuevos motores Bio-Híbridos presentarán un repertorio de opciones de propulsión como Bio-Hybrid (que constituye un motor de combustión interna con propulsión eléctrica), Bio-Hybrid eDCT (con una cadena cinemática Bio-Hybrid con doble embrague eléctrico) y Bio-Hybrid Pluh-In (proporciona un accesorio que se enchufa al vehículo para su recarga, que también puede tomarse de la red eléctrica).
Se estima que las denominadas configuraciones de cadena cinemática son más eficientes en el consumo de combustible y emisiones que los motores de combustión convencionales, aunque continúan acompañadas de la versatilidad y potencia que buscan los clientes potenciales. De la inversión total de 300.000 millones de dólares, se prevé una inversión de 6.000 millones en Sudamérica en el periodo comprendido entre 2025 y 2030.
El que podría catalogarse como el primer motor de etanol de la historia constituirá un paso adelante que complicará el avance de los de hidrógeno (FCEV). Además, es una noticia a la que Stellantis ya hizo mención hace varios años, pero ahora se ha hecho realidad, con Estados Unidos como un protagonista crucial en la investigación de dicho combustible. Incluso podríamos estar ante un formato mejorado de los motores de metanol (sin confundir términos) y que baja las emisiones.
Bajo estas circunstancias, el motor más caro de la historia ya está en marcha. Un concepto híbrido, con alcohol y sin hidrógeno relevado por América que ampliamos en este artículo.