La Fórmula 1 genera polémica por su postura frente al combustible del futuro. Si el primer motor sin combustible logró sorprenderte, no puedes perderte lo que viene a continuación. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) concluyó en 2023 con un acuerdo que determinaba el “principio del fin” de la era de los combustibles fósiles sentando las bases para una transición rápida, justa y equitativa, poniendo la base en fuertes recortes de las emisiones y un incremento en la financiación.
El objetivo general es mantener el límite del aumento de la temperatura global a menos de 1,5ºC al alcance de la mano. Su balance mundial se considera el resultado central de la COP28, que atesora todos los elementos que están en negociación y que ahora pueden utilizarse por los países para idear planes de acción climática más sólidos para 2025. El informe reconoce que la ciencia señala que las emisiones mundiales de efecto invernadero deben bajar un 43% para 2030, comparándolo con los niveles de 2019, para mitigar el calentamiento global al límite de 1,5ºC.
Sin embargo, se determinó que las partes involucradas deben realizar ajustes con el fin de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Solicita que se tomen medidas para alcanzar, a escala global, el triple de la capacidad de las energías renovables y el doble de las mejores de eficiencia energética para 2030. En este contexto, varias compañías dedicadas al transporte trabajan en traer al sector nuevas soluciones más compasivas con el medio ambiente. Sin embargo, parece que la Fórmula 1 todavía se resiste al combustible del futuro.
La Fórmula 1 sorprende con su postura sobre el combustible del futuro
Según registra Motorsport, Jean Todt, presidente de la FIA hasta 2021, expuso durante su mandato que la Fórmula 1 no sería eléctrica “en décadas”. “Pasarán décadas hasta que eso ocurra, si es que sucede alguna vez”, opinó. De cara a 2030, la Fórmula 1 ya se plantea la manera de hallar nuevas estrategias más respetuosas con el entorno. Las modificaciones en la normativa, que comenzarán a regir a partir de 2026, exigirán la mayor presencia de electricidad y el uso del combustible sintético.
Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, tiene clara su propuesta y objetivo: recuperar los motores V8 gasolina. Hoy los motores híbridos de la competición consumen menos y alcanzan su máximo de potencia. Desde 2014, todos los motores de la Fórmula 1 son de carácter híbrido. 8 años con un sistema ERS (Energy Recovery System) que hace posible la recuperación de la energía tanto del calor generado por los frenos como de los propios gases causados por la combustión.
Este método permite la obtención de una potencia adicional de 160 CV durante unos 33 segundos por vuelta, la evolución natural del KERS del 2009. Funciona con una importante batería de almacenamiento, aunque se trata de una hibridación muy lejana a la que vemos en las calles, como los PHEV o los MHEV.
Esto es lo que piensa hacer la Fórmula 1 con el combustible del futuro
En 2026, la FIA estrenará un nuevo reglamento teórico, en el que se busca volver a la simplificación de los motores y establecer el foco en la parte eléctrica. Ha salido a la luz que la potencia del bloque motor se bajará de manera considerable para que la potencia faltante quede cubierta por la parte eléctrica. Sin embargo, esta no es la parte más relevante del cambio.
La clave es que, a partir de 2026, tanto los coches Fórmula F1 como MotoGP recurrirán al combustible 100% sintético. Domenicali considera que, optando por este combustible sintético, la hibridación sobra. De esta manera, abre una la puerta al regreso de los bloques V8 sin hibridación. Estos combustibles llegan con la meta de disminuir las emisiones y otorgar una esperanza final a los vehículos de gasolina. Una apuesta tan llamativa como la que efectuó Vettel en la F1 en 2020.